VIEDMA (AV).- Una semana de ataque de nervios y de zozobra espera al gobierno de Miguel Saiz. Producto de sus errores y de su debilidad, la administración de Río Negro prevé derivaciones "financieras o políticas" frente al rechazo o fidelidad de Pablo Verani en el Senado al proyecto kirchnerista.
Esa situación se palpó crudamente en los últimos días en Casa de Gobierno. Se instaló una sensación de crisis. Una evaluación inusual en Saiz y, por lo tanto, evidenció acciones desacostumbradas, como reuniones de gabinete y de consultas.
La tensión se instaló el jueves. Saiz ratificó su temor del fuerte impacto político y financiero que para el gobierno originaría la oposición en el Senado de Verani al proyecto oficial. Por varias vías, el gobernador comprobó ese día la certeza de la resistencia del senador al plan kirchnerista.
Esa mañana, Saiz tuvo tres llamados irrepetibles. Lo llamó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el ex presidente Néstor Kirchner y la actual mandataria, Cristina Fernández. (ver recuadro)
Siempre esquivo y fastidioso a las tensiones del poder, Saiz sintió la presión del momento.
Después irrumpió en la reunión que mantenían los ministros Pablo Verani, Alfredo Pega, José Luis Rodríguez, Cesar Barbeito, y el secretario General, Francisco González. Los diálogos ministeriales exponían el nerviosismo del momento. Todos coincidían en los riesgos si Río Negro -vía el rechazo de Verani- queda en la oposición al gobierno nacional. Se planteó con real dimensión el escollo y peligro por los protagonistas que quedarían enfrente.
El contador Verani advirtió de las incertidumbres financieras en un escenario sin resguardo de Nación. Pega planteó constituir una delegación y concurrir a la Capital Federal para hablar con el senador de la gobernabilidad.
En un aparte, Rodríguez llamó al ex gobernador. Le comentó de que la resolución 125 no origina ningún perjuicio a Río Negro y le pidió respetar el proyecto nacional. No escuchó definiciones finales.
El viernes, Saiz conformó una estrategia de convencimiento. La misión recayó en Daniel Sartor, Iván Lazzeri y Barbeito. Todos viajaron con el gobernador a Capital Federal. Al final de la tarde, los cuatro coincidieron en un encuentro con Verani. El resultado todavía es incierto.
Otra parte de esa responsabilidad quedó en el ministro Verani, que este fin de semana se encontraría con su tío, el senador.
"Hay razones políticas", argumentan algunos. Saiz prioriza cumplir con el pacto con los Kirchner. Otros hablan de financiamientos, como las garantías de Nación en los préstamos internacionales o subsidios y programas de asistencias con ejecuciones atrasadas.
Las mayores menciones se
concentran en el préstamo del BID a Río Negro por 58,5 millones de dólares para Educación -que se aprobó el jueves en la Legislatura- y que requiere de la firma de Nación para perfeccionar esa garantía federal. Hay otros trámites con esa entidad que se mantienen en oficinas nacionales.
También figura un subsidio demorado de 10,5 millones de pesos por la sequía y las cenizas volcánicas que se tramita en el Ministerio de Interior. Un desembolso similar ya recibió Chubut por la gestión de Mario Das Neves. Saiz transmite el compromiso del ministro Florencio Randazzo de que ese aporte se cumplirá cuando concluya el conflicto con el campo.
Otro aporte nacional se encuadra en el Fondo Frutícola, cuya definición quedó pendiente.
Entre otros programas y obras se computan aquellas licitaciones destinadas a los planes de viviendas hasta las de las escuelas con fondos nacionales, como la construcción de 9 establecimientos, por 32 millones de pesos.
También figuran los créditos de organismos específicos, como el del Fondo Fiduciario que otorgará un préstamo de 40 millones para la obra de Salto Andersen.