Representantes de organismos de derechos humanos reivindicaron ayer a los futbolistas que ganaron el Mundial 78 por haberle dado "alegría al pueblo" en medio del horror de la dictadura militar. "Algo tiene que quedar claro y es que no estamos acusando para nada a los campeones del '78, otrora chicos de 20 años que hoy manifiestan claramente lo que piensan", sostuvo Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
A su vez, Alba Lanzillotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, admitió tal vez tener diferencias con sus pares de organismos de derechos humanos pero afirmó que vive "como una especie de agradecimiento a los jugadores por la alegría al pueblo, a los que sabían lo que estaba pasando en aquellos días y a los que no". "Estaba exiliada en España y mis hijos festejaban los goles con sus amigos españoles. Es que los jugadores dejaron esa hendijita abierta para la alegría", agregó Lanzillotto.
Así se expresaron entre otros los representantes de defensores de derechos humanos que organizan el partido La Otra Final, que se jugará el próximo domingo para homenajear a las víctimas de la dictadura militar. Asimismo, hay integrantes de la organización que esperan con este partido poder dar vuelta una página.
"El domingo puede ser una buena ocasión para reconciliarme con el fútbol, al que le tenía rabia desde aquel Mundial y se me cruza durante cada Mundial. Pero en el fondo los jugadores no tuvieron nada que ver", sostuvo Mabel Gutiérrez, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.