VIEDMA (AV)- La invasión de la ostra japonesa en las playas de El Cóndor sigue provocando alarma en investigadores y autoridades.
El aumento de la cantidad y del tamaño de los individuos encontrados en el último relevamiento realizado por científicos del Instituto de Biología Marina y Pesquera "Almirante Storni" de San Antonio Oeste, en abril pasado, provocó que nuevamente la introducción de esta especie, considerada perjudicial para el ambiente marino costero del golfo San Matías, adquiera relevancia y vuelva a ponerse en el centro del debate.
Desde el 17 al 19 de abril se realizó la primera campaña del programa aprobado en enero pasado, para monitorear la invasión de la ostra japonesa en el sector norte del Golfo San Matías. Se hallaron dos playas invadidas en la zona de El Cóndor y se tomaron muestras de ejemplares para análisis de tallas, pesos y estadíos gonadales.
Los investigadores presentaron posteriormente los resultados del muestreo. En Caleta de Los Loros se recorrió la zona del espartillar, donde no se halló ostra cóncava y tampoco en La Lobería. Sin embargo, en El Cóndor, la densidad fue variable a lo largo del recorrido realizado; en general fue menor a un individuo por metro cuadrado. Se halló un mayor número de ejemplares sobre material arcilloso asociado con el mejillón.
El estudio, desarrollado por los licenciados Andrea Roche, Matías Maggioni y Raúl Cardón, bajo la dirección de la doctora Maite Narvarte, forma parte del proyecto "Monitoreo de la invasión de Ostra Cóncava (Crassostrea gigas) en la costa norte del Golfo San Matías", aprobado por el Consejo de Ecología y Medio Ambiente en enero de 2008 cuyo objetivo principal es evaluar la distribución espacial de la ostra cóncava en la franja intermareal de la costa norte del Golfo San Matías.
Al igual que en los muestreos previos, los ejemplares hallados resultaron ser heteromórficos, presentando grandes variaciones de formas. Los individuos detectados tuvieron una altura y largo valvar, un peso y un espesor mayor a los que se habían registrado el año anterior en un estudio previo.
Cabe recordar que la introducción de especies exóticas -y la Crassostrea gigas lo es- está encuadrada dentro de un complejo marco normativo. En este caso, se especula que su presencia en las aguas rionegrinas pudo deberse a la colonización que esa especie logró desde su original introducción autorizada en la bahía San Blas, al sur de la provincia de Buenos Aires, en 1982, desde donde se habría expandido llamativamente.
Autoridades del Codema, que requirieron la realización de este monitoreo, expresaron en estos días su preocupación por los resultados de los estudios. Se conoció ayer que pretenden la realización de tareas de remediación, para tratar de extraer todos los moluscos bivalvos de esta especie que puedan hallarse en aguas rionegrinas. Pedirán además a las autoridades bonaerenses que intervengan para detener la expansión. Se mencionó la posibilidad de abrir una pesquería que logre la sobreexplotación, para erradicarla de las aguas provinciales. Sin embargo, esa intención no fue ratificada por los técnicos de Biología Marina, que consideran arriesgada cualquier intervención que no sea detenidamente estudiada debido a la escasa previsibilidad que tienen los acontecimientos.