El oficialismo dejó trascender que la decisión del gobierno nacional de liberar un nuevo cupo exportador para un millón de toneladas de trigo es una nueva señal de acercamiento del Ejecutivo buscando una solución a la crisis del campo.

Pero desde el punto de vista macroeconómico, la medida tomada por el gobierno se basa en la necesidad de dar algo de liquidez a una plaza financiera que hoy está totalmente seca.

Los más de 32.000 millones de dólares que anualmente ingresan al mercado por exportaciones agropecuarias son claves para sostener el modelo económico oficial. El paro del agro en estos noventa días limitó al extremo las exportaciones de soja, y con ello el ingreso de divisas, lo que llevó al Banco Central a desprenderse de dólares para poder compensar la demanda de que exigía el mercado sobre esta moneda. Estudios privados destacan que de los 32.000 millones de dólares de superávit comercial que genera el campo, cerca de 24.000 millones llegan de la mano del complejo sojero.

El campo sabía dónde golpeaba.

Para compensar la falta de liquidez que generó el paro, el Banco Central cedió reservas por más de 2.000 millones de dólares buscando sostener la paridad en torno a los 3,10 pesos.

Liberar a precio pleno el millón de toneladas de trigo será una muy buena opción para los productores ya que podrán recibir por ello un valor cercano a los 300 dólares la tonelada.

Y para el Estado, una bocanada de oxígeno ya que ingresarán a la plaza alrededor de 300 millones de dólares producto de estas ventas.

De esta manera, el Central cortaría su sangría de dólares. Por lo menos por un tiempo.

JAVIER LOJO