Al optar por Obama como candidato presidencial el Partido Demócrata hace una apuesta arriesgada de cara a las elecciones de noviembre, dado que, según algunos expertos, su condición de negro podría ser un handicap dado el perfil y el racismo de los votantes estadounidenses.
El análisis de las primarias demócratas en función de la importancia que los votantes le atribuyeron al factor racial muestra que una proporción importante de estadounidenses decide su voto en función del color de piel del candidato.
Anthony Greenwald, profesor de psicología de la Universidad de Washington, comparó los sondeos pre-electorales con los votos obtenidos por Obama en las primarias demócratas y concluyó que hay un comportamiento claramente racista.
El estudio constata que muchos electores contestan en los sondeos estar dispuestos a votar por un negro, pero en el cuarto secreto de votación no lo hacen. Los politólogos estadounidenses llaman a este fenómeno "el efecto Bradley", por Tom Bradley, político negro que fuera alcalde de Los Angeles y perdió la elección de gobernador de California en 1982 siendo que los sondeos le daban una ventaja de entre 9 y 22 puntos. (AFP)