La presidenta Michelle Bachelet enfrenta la peor crisis política y social de su gobierno, arrinconada por paros, huelgas de estudiantes, el desabastecimiento en regiones y, sobre todo, el histórico quiebre electoral del pacto que lidera.
La tensa jornada de l miércoles y de ayer, que obligó a reuniones urgentes en el palacio presidencial, fue enmarcada por el rechazo de la oposición de derecha a las iniciativas para salir de la emergencia . Puertos paralizados, ciudades sin transporte, falta de oxígeno en los hospitales y desabastecimiento signaron el conflicto, que concluyó ayer con la capitulación del gobierno.
La crisis sorprende a Bachelet en baja en las encuestas (cayó en mayo pasado a un 44,1%, dos puntos porcentuales menos que en abril, según la consultoras Adimark) a meses de los comicios municipales de octubre, antesala de la presidencial de diciembre de 2009, donde el multimillonario opositor Sebastián Piñera duplica en preferencias a los aspirantes oficialistas.
El conflicto del transporte coincidió con el histórico quiebre electoral que el jueves oficializaron los partidos de gobierno, que no acordaron una lista de consenso para los comicios de octubre. Los partidos, pese a los ruegos de Bachelet, anunciaron que presentarán dos listas en la elección de concejales y una sola a la de alcaldes, desoyendo también los llamados en contra de los ex mandatarios Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos.
Muchos vieron el el quiebre como un fracaso de Bachelet, criticada por su liderazgo, lo que ya la obligó a nombrar cuatro gabinetes en dos años de gestión.
La crisis, que según líderes oficialistas amenaza con quebrar la coalición que gobierna Chile desde 1990, desnudó la cada vez mayor dispersión en el gobierno, lo que también fue reflejado esta semana por la tramitación parlamentaria de la nueva ley de educación. Acordado, entre gobierno y oposición, el texto fue rechazado por estudiantes y profesores, que siguen movilizados, mientras parlamentarios de gobierno presentaron un centenar de indicaciones, que hicieron que la derecha deshiciera el pacto.
Bachelet, que llegó al poder prometiendo un gobierno ciudadano, deberá ahora ver cómo sale de la crisis y evita nuevas deserciones en una alianza que ya en 2007 perdió la mayoría en ambas Cámaras del Congreso por sus peleas internas. (DPA)