La promesa de clásico vibrante quedó sólo en eso, porque tanto Independiente cuanto Racing hicieron poco, casi nada, para elevar el concepto de un partido que generalmente estuvo sumergido en la mediocridad, y que tuvo en el empate 0 a 0, su mejor resultado.
De todas maneras, la igualdad condena a ambos ya que el 'Rojo' compromete su posición en la tabla de las copas para la temporada que viene, y la 'Academia' sigue hundido en la promoción.
Independiente fue dueño del primer tiempo y no supo plasmarlo en la red y algo parecido sucedió con Racing que fue el principal protagonista del complemento.
Mas lucha que fútbol, más intenciones que ideas, apenas un par de situaciones de riesgo sobre los arcos, eso fue lo que dejaron los primeros cuarenta y cinco minutos. Dentro de esa medianía, Independiente fue apenas un poquito más que su rival. ¿Las razones? La buena tarea de Hernán Fredes y Lucas Pusineri en la mitad de la cancha, y la movilidad de Germán Denis arriba.
Esa pequeña diferencia le permitió al equipo de Borghi tener dos chances. Una a los 31', cuando Sosa no supo definir un excelente pase de Denis, y la otra a los 34, cuando Gabriel Mercado sacó sobre la línea un remate de Fredes. En esta etapa, Racing fue un conglomerado que sólo atinó a defenderse, sin mucha elegancia y con el sólo argumento ofensivo del pelotazo para Facundo Sava.
En el arranque del complemento pareció que la historia volvería a repetirse, porque en un minuto y medio, Independiente tuvo en los pies de Carlos Matheu y en la cabeza de Denis, dos oportunidades
para desnivelar. Borghi mandó a la cancha a Montenegro a los 8' para intentar ganarlo, pero el 'Rolfi', que llegaba lesionado apenas aguantó un rato.
A partir de entonces, Independiente se fue del partido y Racing, con más ímpetu que otra cosa, se fue encima de Fabián Assman.
La primera ocasión de la 'Academia' la tuvo Navia, pero el chileno remató mal y la pelota se fue desviada; la segunda, la más clara de todas, llegó a los 23, cuando Sava, sólo frente al arco, estrelló la pelota en el travesaño.
Después no hubo demasiado para destacar. Ambos equipos parecieron conformarse con el empate y se cuidaron de no cometer errores que pudieran costarle caro, algo que provocó que el nivel del encuentro se viniera en picada. Como suele suceder en este tipo de partidos, la promesa de ver algo bueno pasó a mejor vida