Normal es algo que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano. La normalidad es producto del contexto, del medio, de la cultura. Muchas veces esa normalidad se aleja de lo ideal. En nuestro país, por ejemplo, son normales los accidentes de tránsito y es raro que se cumplan las reglas que acercarían lo normal a lo ideal.
Así nos parece atípico que exista una Fundación Cultural, en la cual sus integrantes aporten en lugar de lucrar. Que en esa institución se reúnan todos los años las primeras figuras de la percusión mundial. Que estos grandes músicos no sólo no reciben remuneración por su visita, sino que tienen que costearse sus pasajes. Que convivan durante cinco días (...y cinco noches) con cien alumnos de todo el país, sin formalismos, en un clima total calidez y donde la premisa es compartir.
El Festival Internacional de Percusión, organizado por la Fundación Cultural Patagonia, es único....y es raro.
En una mesa del bar se escuchan risas y charlas en Croata.En la mesa de al lado, con caras de haber pasado una noche larga, hablan con tonada cordobesa. Por el pasillo corren alumnos locales cargando tambores, seguidos por otros que trasladan una marimba. Un profesor mexicano, que vive en Estados Unidos cuenta anécdotas animosamente en español y luego las traduce al ingles para sus compañeros de mesa japoneses. El encargado del bar, prepara "coffee" como si lo hiciera todos los días y dialoga con los visitantes en un "ingles de gestos". Los organizadores corren e intentan acelerar los desayunos de profesores y alumnos, para que el ajustado cronograma de actividades no sufra retrasos. En el hall los espera el coordinador de la fundación para contarle que el vuelo en que venían los españoles, el belga y el alemán, se canceló y que llegarán, con suerte, a la noche.
Es el clima que se vive todas las mañanas en la Fundación Cultural Patagonia, durante los cinco días que dura el Festival Internacional de Percusión.
Este año, entre el 24 y 28 de junio, se realizará la Sexta edición del Festival. Percusionistas de E.E.U.U.,México, Brasil, Japón, Argentina, Inglaterra, Suiza y Chile se presentarán dando clases, conciertos y compartirán cafés, charlas y salidas con los demás participantes y curiosos.
Este año, vuelven algunos conocidos para el público: Jim Jacobson, Eduardo Gianesella y el casi local Victor Mendoza.
La gente de la Fundación Cultural Patagonia se prepara desde hace meses para el evento. Los alumnos de toda América mandan mails consultando por el Festival que ya ganó un lugar de entre los mas importantes del mundo. Angel Frette, Fabián Poblete y el cronista de esta nota, arman el rompecabezas de conciertos y máster classes, teniendo en cuenta horarios de vuelos, disponibilidad de salas, que no coincidan en forma consecutiva músicos de la misma especialidad, disponibilidad de instrumentos y una infinidad de variables que ya nada importan porque un profesor cambió el día de vuelo y hay que volver a empezar.
La Fundación Cultural Patagonia es el único lugar en el país donde se puede realizar un evento de esta naturaleza: posee las aulas y salas de concierto, el instrumental necesario, hotel, restaurante, un gran equipamiento técnico y personal que trabaja incansablemente para que no haya fisuras en la organización .
Hay un dato por demás curioso: la gran mayoría de los profesores que participaron del festival quieren volver en ediciones siguientes. Camaradería, entusiasmo de alumnos ávidos de conocimientos y calidez son los únicos pagos que reciben. Este clima no es normal en otros lugares del mundo. Por suerte aquí sí.
OSCAR ALBRIEU ROCA
oscar.albrieuroca@gmail.com