Especialistas en Psicología y Derecho afirmaron hoy que a los 9 años un niño no tiene conciencia plena de lo que significa matar a otro y vincularon el homicidio de Milagros Belizán, la nena de dos años presuntamente ahorcada por dos hermanitos, a un contexto social de violencia creciente.
El cuerpo de Belizán fue hallado desnudo, golpeado y con un cable alrededor del cuello en un predio del barrio San José, del partido de Almirante Brown. Fuentes policiales indicaron que la nena, habría sido llevada hasta allí por dos hermanos de ocho y nueve años. Según habría confesado uno de los niños, el mayor de ellos la habría ahorcado.
El hecho es inédito y conmocionó a la opinión pública por las edades de los niños involucrados. El juez del Tribunal Oral de Menores Número 3, Horacio Barberis, afirmó que el caso es excepcional y que no hay jurisprudencia en la Justicia Argentina en un homicidio de estas características.
"La investigación judicial debe hacerse con rigurosidad, para determinar la autoría del homicidio, atender la situación de estos chicos, establecer qué les paso para llevar a cabo un hecho de estas características y actuar en consecuencia", dijo el juez, que no atiende esta causa particular.
Barberis, ex presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia de Menores y Familia, explicó que para el Derecho Argentino, los hermanos no son punibles y abogó por su reinserción social "en los mejores términos". "Sería bueno rastrear antecedentes, saber qué paso con estos chicos, cómo es el contexto sociofamiliar", concluyó el juez y dijo que el caso funciona como síntoma "de una violencia social que no tomamos con la seriedad que se debiera".
Desde la Comisión Nacional de Investigaciones Científicas, Educativas y Tecnológicas (CONICET), la psicóloga Valeria LLovet indicó que "los niños no pueden procesar el concepto de muerte". "Es probable que estos chicos no tengan idea de lo que han hecho en realidad", añadió.
La especialista advirtió que la sociedad "a veces, expone a los chicos a grados de violencia y deshumanzación muy elevados". "Y no hablo sólo de la violencia en los medios de comunicación -precisó-, también hablo de la violencia cotidiana, donde hay carencias y falta de integración social".
Para la perito judicial Beatríz Muller, psicóloga y directora del Centro Salud Activa, en estos casos de violencia extrema a tan corta edad, "los chicos imitan situaciones que vieron y no pudieron procesar o repiten activamente la violencia que sufren pasivamente". Al igual que Llovet, Muller destacó que es una edad a la que "todavía no está demasiado constituida la idea de muerte". "Los chicos no saben que es una desaparición permanente -dijo-. No hay conciencia concreta y real del daño que significa matar".
En la misma línea opinó la directora ejecutiva del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CASACIDN), Nora Shultman. "Estas criaturas también son víctimas de un sistema donde hay una violencia exacerbada -manifestó, en diálogo con la prensa-. Los chicos aprenden de los adultos".
La directora ejecutiva del CASACIDN pidió "no culpabilizar" a los hermanos, no revictimizarlos "y entender qué les pasó" y abogó para que el Estado les brinde la contención social que necesitan, "para no condenarlos a un presente en un instituto de menores y a un futuro en la cárcel".
Fuente: Télam