NEUQUÉN (AN).- El sistema sanitario provincial se encuentra en estado de alerta ya que en la ciudad de Neuquén se cuadruplicaron los casos de personas intoxicadas con monóxido de carbono. A pesar de que el frío invernal aún no se manifestó con intensidad en la zona, en lo que va del año se registraron 32 casos, contra los 8 que se dieron en igual período del año pasado.
El alerta, que de momento es exclusivo para los hospitales y centros asistenciales, fue dado a conocer ayer por el referente de Epidemiología del Área Metropolitana, Gustavo Sangüesa, y por el coordinador del programa de Prevención y Control del Trauma de la Subsecretaría de Salud provincial, Guillermo de Hoyos.
Los especialistas explicaron que en lo que va del año ya se registraron 32 casos de intoxicaciones por monóxido de carbono en la ciudad de Neuquén, cifra que representa una elevación del 300% con respecto a la cantidad de casos dados en igual período el año pasado, y del 250% en relación al promedio de casos de los últimos tres años.
"Estamos muy preocupados porque si tenemos tanta cantidad de casos ahora que casi no hace frío, no queremos pensar lo que puede pasar cuando empiecen las heladas", aseguró Sangüesa.
Agregó que "el monóxido de carbono que desprende todo tipo de sistema a combustión es letal y no discrimina a pobres ni ricos".
De acuerdo a los registros sanitarios en la última década 37 personas perdieron su vida por estar expuestas a este tipo de gas, de las cuales más del 50% fueron en la ciudad de Neuquén, y la mayoría en sus domicilios y mientras dormían. "El año pasado de las siete muertes que hubo en la provincia seis fueron en la ciudad y por el mal funcionamiento de artefactos a gas natural".
Sangüesa destacó que "el monóxido no tiene olor, ni irrita la vista y por eso sólo puede evitarse un accidente fatal con el control de los artefactos domésticos".
Destacó que "el año pasado una de las víctimas fatales que tuvimos falleció mientras dormía en un primer piso a raíz de que un calefactor que funcionaba mal en la planta baja".
Los especialistas indicaron que gran parte de las 32 personas intoxicadas en los últimos meses "no se habían dado cuenta de lo que tenían porque cuando la intoxicación es leve se puede confundir con un cuadro gripal o con uno digestivo". En este sentido los médicos explicaron que una intoxicación leve suele manifestarse con dolores de cabeza, somnolencia, cansancio, mareos, nauseas, vómitos y diarrea.
"Muchas veces la gente cree que algo que comió le cayó mal o que está por engriparse y en realidad es que tiene en su casa una pérdida de monóxido de carbono que lo puede matar en cualquier momento", aseguró Sangüesa. Agregó que "la diferencia entre una intoxicación leve y la muerte es mínima y puede darse con todo tipo de artefactos que generen combustión, incluso los nuevos".
