El baldazo se agua fría cayó en el momento menos pensado. Porque Boca era más, pero sistemáticamente desperdiciaba una oportunidad detrás de la otra. El 'Xeneize' se olvidó de un viejo axioma del fútbol: "los goles que no se hacen en el arco de enfrente...". Y en la ida de los cuartos de final de la Libertadores el equipo de Carlos Ischia lo sufrió, ya que el Atlas le empató el partido (2-2) a falta de dos minutos para el último pitazo.
No fue la mejor exhibición copera de Boca en Vélez (La Bombonera está suspendida para el torneo continental), pero así y todo hizo méritos para ganar el partido. Claro, no lo hizo por el simple hecho de que erró muchos goles y que los mexicanos esperaron y pegaron en el momento justo. Los aztecas se fueron con una igualdad y dos goles de visitante, por lo que el 'Xeneize' tendrá que pensar en ganar en Guadalajara (1550 metros sobre el nivel del mar) para avanzar a semis.
Los primeros 45 fueron casi todos del local, sobre todo porque en cancha estuvo Rodrigo Palacio.
La "Joya" se cansó de desbordar una y otra vez y, aunque generalmente le faltó el golpe final, siempre fue el arma ofensiva más importante, por velocidad, categoría y tenacidad. Lo extraño del caso es que el Atlas se puso en ventaja rápido, a los 5, cuando un córner fue cabeceado por el argentino Coloto y su dupla central Omar Flores la mandó a la red.
Desde ahí fue casi todo de Boca. A los 10 probó Vargas, cinco minutos después lo hizo Palacio y no la alcanzó a empujar de taco Palermo y sobre los 18 contestó el Atlas con una palomita de Marioni que no fue gol de milagro. JR Riquelme estuvo desaparecido hasta los
29, cuando le metió un milimétrico pase a Dátolo que no pudo definir el teñido volante. La igualdad cayó con la vieja fórmula: combinación entre el "Torero" y Palacio, centro para Palermo y gol, pero de Hugo Ayala en contra.
A la vuelta de los vestuarios Boca cedió un poco el terreno y el balón. Pero a partir de los 15 el campeón de América se despertó y comenzó a asediar el arco de Jorge Bava.
Sobre los 17 Palermo pasó al arquero pero la tiró afuera, a los 21 la "Joya" se perdió otro mano a mano por no tener confianza y, cuando los rumores caían desde las tribunas, a los 30 la torre platinada se la ¿bajó? a Cáceres y el defensor puso el 2-1. Boca no se conformó y fue por más, y a falta de 7 minutos Palacio la hizo bárbara y Riquelme definió con categoría, pero el balón se encaprichó y pegó en un palo. 60 segundos después lo erró Palermo de taco e instantes después Cáceres y Battaglia definieron horrible.
Pero en esto de los axiomas, Boca también sufrió aquel que dice que "los goles no se merecen...". Y el que lo hizo, a falta de dos minutos y tras un error de Caranta, fue Jorge Torres.