" Tristeza, depresión y aislamiento.
" Insomnio. Terrores nocturnos.
" Golpearse la cabeza o rascarse compulsivamente hasta lastimarse.
" Actitudes desafiantes y negación del peligro. Exposición permanente a situaciones de riesgo para la vida propia y ajena.
" Accidentes domésticos reiterados: quemarse, golpearse, fracturarse, ingerir tóxicos (lavandina, detergente, perfume, insecticidas) o medicamentos del hogar.
" Estar expuesto a situaciones de violencia familiar y abuso sexual.