SANTA CRUZ, Bolivia (AFP).- La próspera región de Santa Cruz aguarda en un clima de tensión un referendo sobre autonomía que definirá su futuro desde hoy y que es considerado ilegal por el presidente boliviano Evo Morales, cuyos partidarios han prometido entorpecer la jornada electoral.
La OEA hizo un llamado por la unidad nacional y la democracia en Bolivia durante una sesión extraordinaria en Washington. "Para todos es claro que hay hechos que se van a producir en los próximos días en Bolivia que nos preocupan de manera fundamental", advirtió el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, tras el informe entregado por su emisario, Dante Caputo, quien visitó el país andino esta semana.
Aunque el Consejo Permanente de la OEA rechazó "cualquier intento de ruptura" del orden constitucional y de la integridad territorial del país, el organismo internacional se abstuvo de declarar públicamente como inconstitucional el referendo, algo que era solicitado por el presidente Evo Morales.
En Quito el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, advirtió este sábado que varios países de la región desconocerán una autonomía de Santa Cruz y denunció que ese "intento separatista" está siendo apoyado por elites ecuatorianas y venezolanas.
Las encuestas señalan que el Sí por la autonomía tendrá a su favor un 70 a 75% de los votos, aunque esa opción tiene fuerte oposición en los sectores empobrecidos y en áreas rurales leales al presidente socialista.
El referendo "es una manifestación clara para dirigirse hacia un Estado independiente", estimó el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana, para quien el tema de la tierra es "el problema de fondo" y acusó al principal líder opositor de querer "voltear al Presidente". (ver aparte)
La consulta no cuenta con el aval de la Corte Nacional Electoral y estará entonces a cargo de la Corte Departamental, que entró en disidencia. No es seguro sin embargo que los 930.000 votantes potenciales tengan acceso a las urnas, especialmente en bastiones fieles a Morales como San Julián o
Cuatro Cañadas.
"Urna que llegue a San Julián, será urna destruida", advirtió Ernancio Cortez Méndez, un líder local que se opone al referendo.
Las fuerzas del orden bajo control del Estado no brindarán seguridad al escrutinio, lo que aumenta los riesgos de violencia. Es más, el Consejo Supremo de Defensa Nacional (Cosdena), una instancia de análisis y apoyo de las Fuerzas Armadas, advirtió que el estatuto autonómico "amenaza la integridad del territorio nacional".
"No se puede soslayar que existe un peligro serio que amenaza la integridad del territorio nacional", según un pronunciamiento leído por el secretario permanente del Cosdena, general Mario Ayala Ferrufino, quien dijo que el contenido del estatuto autonómico puede generar "graves consecuencias en la unidad del país".
Por su parte, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, llamó a la población a "movilizarse en paz". Una declaración de Costas a comienzo de semana, en que dijo que con el referendo se habrá puesto en marcha "una segunda República", reafirmó los temores del gobierno de que la jornada es una amenaza de independencia de Bolivia.
La región de Santa Cruz, la más rica de Bolivia y que concentra el 30% del PIB nacional, abre el camino a otros referendos autonómicos que se celebrarán en los próximos 50 días en Beni, Pando, y Tarija.