CIPOLLETTI (AC).- "Así y más allá del silencio de Carilao, la negación de Herrera y la confesión de Torres, estrategias con las que han pretendido acomodar sus difíciles situaciones frente a la acusación, podemos concluir que en el juicio se incorporó prueba de tal entidad como para tener la certeza de que los hechos por los que han sido juzgados y acusados por el señor fiscal de Cámara existieron y que ellos son sus coautores".
Por segunda vez, Luis Carilao, Facundo Herrera y Pablo Torres fueron condenados por el crimen del comerciante de Cipolletti, Ricardo Suriani.
Sólo que en esta ocasión, los jueces subrogantes de la Cámara Primera decidieron que la pena debía ser de 18 años de prisión, dos años menos a los aplicados por los jueces naturales de ese Tribunal en 2006 y a los pedidos por el fiscal Ricardo Maggi en su alegato.
Entendieron que los tres imputados fueron "coautores del delito de homicidio en ocasión de robo en concurso ideal con portación no autorizada de arma de fuego de uso civil". Además, los declararon a los tres "reincidentes" y rechazaron el planteo de inconstitucionalidad realizado por la defensa de Carilao.
La lectura de la sentencia comenzó casi una hora más tarde de lo previsto, al mediodía. No estuvieron presentes ninguno de los tres defensores ni tampoco el fiscal. En la sala había algunos familiares de la víctima y de los detenidos.
El juez Guillermo Baquero Lazcano, como lo ha hecho con otros juicios, leyó primero la parte resolutiva para la prensa y propuso difundir el resto del fallo a puertas cerradas para los condenados y familiares. La primera reacción de los detenidos -sobre todo de Carilao- fue retirarse del recinto tras escuchar la pena, pero finalmente los tres decidieron quedarse. Carilao igual se fue antes y sólo Herrera firmó el acta.
El hecho por el cual llegaron a juicio los tres sospechosos ocurrió el 23 de diciembre de 2004, cerca de las 22. "Hubo un intento de robo en la chacra de la familia Suriani, su propietario se resistió con lo que pudo al injusto ataque, pero pudo más la violencia de los asaltantes. Tras una brutal golpiza, los agresores sentenciaron su muerte segura e inmediata con dos disparos de arma de fuego efectuados a quemarropa", refirieron los jueces a modo de síntesis.
Luego, analizaron la autoría de los tres. "La prueba se centra de manera unívoca en cabeza de los imputados. Torres, es el confeso, aunque parcial su relato no pudo desligar del hecho a los coimputados Herrera y Carilao, a quienes con posterioridad y pocos minutos del ataque mortal en lo de Suriani, los ubica a todos en la casa de Barrera Sandoval", expresaron los camaristas. Ba
rrera Sandoval es el hombre que fue juzgado por encubrimiento agravado en el 2006 y resultó absuelto.
"Allí (en la casa de Barrera Sandoval) ocultaron la mochila que contenía el arma homicida que es la misma con la que previamente golpearan con la culata en la cabeza del occiso, el pistolón, cartuchos y una tenaza (...). Fue en la casa de Barrera Sandoval, en la que el testigo (Luis) Maripil pudo ver cuando los tres arribaron a la vivienda, haciendo el ingreso por los fondos del predio".
Maripil fue demorado por la policía para que declarara en el debate.
Como lo hizo en la instrucción, aseguró que conocía a Carilao, a quien vio junto a otros dos jóvenes en la noche del crimen.
"Comentaron que habían ido a laburar y que habían matado a un viejo que se les paró de manos. Esto en clara alusión al robo que habían ido a cometer y que ante la resistencia de la víctima, la mataron", valoró el Tribunal, que consideró a Torres autor de los disparos (ver aparte).