ROMA (AFP).- Unos 50 millones de italianos están llamados a las urnas para elegir un nuevo Parlamento y al primer ministro, conforme a un controvertido sistema electoral criticado por favorecer la "ingobernabilidad".
La ley electoral, adoptada en diciembre de 2005 durante el gobierno de Silvio Berlusconi, es de proporcionalidad pura, lo que favorece la fragmentación del Parlamento y la inestabilidad de los gobiernos electos.
La ley asigna automáticamente en la Cámara de Diputados la mayoría de 340 escaños sobre un total de 630 al partido o a la coalición que obtenga más votos.
Por ello, en las elecciones de 2006, la coalición de centro-izquierda liderada por Romano Prodi alcanzó una cómoda mayoría en esa asamblea pese a contar con sólo 25.000 sufragios de ventaja.
El sistema de recuento es diferente en el Senado, que cuenta con 315 escaños. El premio para la mayoría es asignado en base a la región. Italia está dividida en 20 regiones y cuanto más poblada es la región, mayor es el premio en escaños.
La incertidumbre sobre las elecciones de 2008 reina en Italia, ya que es muy difícil alcanzar una amplia victoria en el Senado, asamblea que tiene el mismo peso político que la Cámara de Diputados, según lo establece la misma Constitución.
Por segunda vez en la historia de Italia, 12 diputados y 6 senadores del Parlamento italiano serán elegidos por los electores que residen en el extranjero, que son cerca de tres millones.
La ley electoral dividió el mundo por circunscripciones electorales y a Sudamérica le otorgaron dos lugares en el Senado y tres en la Cámara de Diputados.
Las elecciones revisten especial interés en Argentina, que representa la segunda mayor colonia fuera de Italia con 440.000 votantes, detrás de Alemania.