Mientras se debate la despenalización, los 15 efectivos operativos de la División de Drogas Peligrosas de la Policía Federal con sede en Cipolletti y jurisdicción desde el sur del Río Colorado hasta Ushuaia siguen en la calle y día a día toman el pulso de un fenómeno que cruza todas las clases sociales. Fuentes de la repartición trazaron un diagnóstico de la situación.
* Hay mucha más demanda y mucha más oferta. Lo que más se vende: la marihuana y la cocaína. Un porro vale 3 pesos. Tres gramos de cocaína, 25 pesos. Una pastilla de éxtasis, 50 pesos. El precio puede variar de acuerdo con la calidad... y la hora.
* No se detectaron hasta el momento casos de consumo de paco. Preocupan los cócteles de los adolescentes en los boliches: mezclan pastillas depresoras con energizantes y alcohol.
* Se ampliaron las bocas de expendio: algunos años atrás, los grandes vendedores de estupefacientes estaban identificados. Ahora hay muchos más que trafican pequeñas cantidades. Se los conoce como los "trafiadictos": son el último eslabón de la cadena, venden para pagar lo que consumen y son capaces de rebajar al máximo la calidad de lo que comercian con tal de maximizar la ganancia.
* Hay dos actitudes en los consumidores detenidos: algunos se asustan y otros lo toman como un trámite; saben que serán sobreseídos. En algo están de acuerdo: nadie dice quién le vendió.