María Eugenia Sampallo Barragán, de 30 años, es hija de Mirta Barragán y de Leonardo Sampallo, militantes sindicales de izquierda secuestrados en la dictadura y alojados en los centros clandestinos "Club Atlético" y "El Banco", que siguen desaparecidos. En 1978 fue inscripta como hija del matrimonio Rivas-Gómez Pinto con el nombre de María Eugenia Violeta Rivas.

Según relató la víctima, cortó el vínculo con ellos en 1999, dos años antes de conocer su verdadera identidad gracias a unos análisis genético que demostró que era hija del matrimonio Sampallo-Barragán y que había nacido en febrero de 1978, dos meses después del secuestro de sus padres.

Según se ventiló en el juicio, a lo largo de su infancia María Eugenia escuchó de sus apropiadores varias versiones sobre su origen. A los ocho años supo por ellos que era adoptada y le explicaron que sus verdaderos progenitores habían muerto en un accidente. Pero un año después le dieron otra versión: que era hija de una empleada doméstica de la familia. También le llegaron a decir que era una hija extramatrimonial de una azafata tras un romance con su padre. Finalmente le dijeron que la adoptaron cuando Berthier les avisó que había un bebe abandonado en el Hospital Militar.