BOGOTÁ (Télam/DPA).- La ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, en poder de las FARC desde hace seis años, padece de leishmaniasis y hepatitis B, debió ser atendida en centros asistenciales de la zona selvática del sur de Colombia y su estado se asemeja al de "niños desnutridos" de África.
La información fue revelada por el defensor del Pueblo colombiano, Vólmar Pérez, quien reveló algunos informes llegados a la dependencia a su cargo, que dan cuenta de que Betancourt está tan enferma que los guerrilleros tuvieron que llevarla el mes pasado a centros médicos de la ciudad de San José del Guaviare, capital del departamento y del municipio de El Retorno.
En declaraciones a radios bogotanas, Pérez detalló que la ex candidata fue llevada el mes pasado a establecimientos médicos de la ciudad. "La información de que disponemos es que su estado de salud es muy, muy delicado. Se han venido deteriorando sus condiciones físicas y de salud", afirmó Pérez, que reveló que está coordinando con la Gobernación de Guaviare una acción humanitaria para que le lleguen medicinas.
El funcionario dijo que el estado físico de Betancourt es tan preocupante, que quienes la vieron la compararon con los niños desnutridos de África.
"Me da rubor tocar estos temas en los medios de comunicación, pero alguien me dijo que sus características físicas no distan mucho de la de los niños de Somalia", explicó, en referencia al país ubicado del "Cuerno de África" enfrascado en una cruenta guerra interna.
Pérez contó que por "gente" de su dependencia "mezclada con los pobladores" pudo saber que en Betancourt "se agravó su hepatitis B y padece de leishmaniasis", una enfermedad transmitida por un mosquito llamado palomilla y que produce graves úlceras en la piel.
El estado de salud de Betancourt había alimentado esta semana las versiones sobre su posible liberación, aunque luego el gobierno de Álvaro Uribe afirmó que no tenía ninguna información concreta sobre esa chance.
El nombre de la candidata, de nacionalidad franco-colombiana, es en buena medida el que alienta la chance de un intercambio humanitario de rehenes por guerrilleros presos, por la intervención de Francia y países de la región.
Hasta acá, la posibilidad de ese canje parece frenado por las rígidas posturas de la guerrilla y el gobierno: las FARC quieren el despeje militar de dos municipios y el Ejecutivo controferta una "zona de encuentro" auspiciada por la Iglesia.
En sus declaraciones, Pérez aseguró también que tiene información sobre el deterioro de la salud del ex congresista Oscar Lizcano, secuestrado en agosto del 2000. Un joven de 17 años que desertó la semana pasada de las FARC y se entregó al Ejército había dicho que estuvo vigilando a Lizcano y que notó los problemas de salud que tiene, que lo obligan a tomar medicinas todos los días. "A veces se siente uno como impotente para ayudar en un proceso de estas características", dijo Pérez .
Por otra parte, la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (ALDHU) de Ecuador confirmó que las colombianas Doris Bohórquez y Martha Pérez, sobrevivientes del ataque colombiano al campamento de las FARC en Ecuador del 1 de marzo, pidieron asilo. La organización argumentó que las dos colombianas no eran guerrilleras, sino "esclavas" de las FARC y que cumplían tareas domésticas.