PEKÍN/NUEVA DELHI (DPA) - En las más fuertes protestas contra China en el Tíbet desde hace casi dos décadas, ayer se registraron muertos y heridos, de acuerdo con reportes de testigos. Indignados tibetanos devastaron en la capital Lhasa negocios de dueños chinos y los incendiaron. En la plaza frente al templo Jokhang en la ciudad vieja fueron agredidos varios policías y bomberos, y sus vehículos volcados e incendiados.
"La policía disparó contra la multitud", informaron testigos a la emisora estadounidense Radio Free Asia (RFA). "Hubo disparos y muertos", dijo otra fuente. Un testigo vio dos cadáveres junto al camino de peregrinación de Barkor, que se dirige al templo Jokhang. Entretanto, anoche un nutrido grupo de soldados implementaba un toque de queda.
Como protesta contra el dominio chino, dos monjes intentaron suicidarse cortándose las venas en Lhasa y su estado es "crítico", según medios locales. No se conoce una cifra exacta de víctimas. El gobierno confirmó el incendio de varios comercios, y se habló de varios heridos.
Ante la escalada de la violencia en las protestas contra el dominio chino, el Dalai Lama instó desde su exilio en Daharamsala (India) a ambas partes a abandonar la violencia. El líder espiritual tibetano dijo estar "profundamente preocupado" por la evolución de los acontecimientos en su patria, ocupada por China. Las pacíficas protestas de estos días expresan "el enraizado resentimiento del pueblo tibetano" bajo gobierno chino. "La unidad y la estabilidad conseguida a través de la brutalidad es, en el mejor de los casos, sólo una solución a corto plazo", apuntó.
Los disturbios de ayer son los más graves desde que el lunes comenzaran las protestas con motivo del aniversario del levantamiento en 1959 contra la ocupación china, que fue sofocado. Las protestas se han expandido a varios monasterios en la región de Tíbet y han llegado a las provincias de Qinghai y Gansu, según tibetanos exiliados. Los monjes se manifiestan contra la intromisión china en sus asuntos religiosos y en favor de la independencia del Tíbet, donde por primera vez en 20 años ondea la bandera tibetana. Los incidentes violentos fueron desatados aparentemente por el proceder de la policía contra una marcha inesperada de los monjes de un pequeño monasterio de la ciudad. "Reina el caos", dijo una testigo en Lhasa. "Las personas llevaban palos y piedras y corrían con ellos hacia los policías". Las fuerzas del orden debieron retroceder . Numerosos manifestantes con túnicas blancas tibetanas llenaban las calles de la capital al grito de "Tíbet libre". Las calles de Lhasa están cercadas, para que los empleados permanezcan en las oficinas. Los monasterios fueron rodeados, y numerosos monjes ingresaron en huelga de hambre.