BOGOTÁ (DPA) - El gobierno del presidente Álvaro Uribe, en la cresta de la ola de popularidad, se manifestó ayer dispuesto a dialogar con las FARC y al canje humanitario de rehenes, aunque mantiene su negativa a un despeje y la política de recompensar a insurgentes que entreguen a sus superiores, como el desmovilizado Pedro Montoya, quien recibirá 2,8 millones de dólares tras matar a su jefe.
El ex militante del grupo insurgente M-19 Rosemberg Pabón, ahora funcionario del gobierno colombiano, reveló que Uribe envió un mensaje a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) asegurando que "es el mejor momento para sentarse en la mesa en busca de la paz". "El presidente Uribe me dijo: estoy en la mejor disposición. Dígale al mundo y háblele a las FARC que estoy dispuesto a sentarme en la mesa ya, para que hagamos la paz por Colombia", dijo el ex guerrillero .
En tanto, el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, aseguró que el gobierno tiene la voluntad de hacer el canje. "Basta que las FARC pasen la lista de guerrilleros que deben ser liberados para proceder de inmediato a estudiarla de acuerdo con el marco jurídico vigente, verificar quiénes pueden ser excarcelados y concretar el intercambio", dijo
La disponibilidad de Uribe al diálogo de paz se produce tras la inconclusa mediación del presidente venezolano Hubo Chávez, la liberación de seis rehenes de las FARC, y la muerte del segundo jefe guerrillero Raúl Reyes en un ataque en territorio ecuatoriano, que le valió un grave conflicto diplomático con sus vecinos Ecuador y Venezuela.
En tanto, Uribe experimentó un crecimiento de imagen favorable al 84 %, que según encuestadores se debe al apoyo que recibió de sectores políticos y sociales en medio de las tensiones diplomáticas, afirmó el gerente de Gallup, Jorge Londoño.
Un sondeo hecho entre 4 y el 6 de marzo señala que la aprobación a la gestión del mandatar porcentuales con respecto a un estudio hecho en enero pasado. El 82% de los colombianos aprueba la forma en que el gobierno enfrenta el combate a la guerrilla y un 80% está de acuerdo con la forma en que maneja las relaciones internacionales. Por otra parte, el personaje público con imagen más favorable es la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, con un 71%, quien desde febrero de 2002 está secuestrada por las FARC. El más impopular es el presidente de Venezuela, Hugo Chávez con el 90% de rechazo.
Uribe, en su segundo período, tiene vedada otra reelección, pero sus partidarios pugnan por una reforma legal que la permita.