Todo está listo en "down under". Después 146 días con los motores en calma que permitieron un óptimo descanso a los protagonistas del circo de la Fórmula 1, la rueda comienza a moverse. Lewis Hamilton no esperó para salir al ataque.
"La oportunidad es mejor que hace un año, tengo esa sensación", señaló ayer Hamilton con miras a su disputa con el finlandés Kimi Raikkönen, su gran rival en una temporada en la que el español Fernando Alonso está en un segundo plano.
Hamilton está de buen humor, y ya comenzó a "ganar". En una regata de kayaks organizada por patrocinadores en la costa de Melbourne, su compañero de equipo Heikki Kovalainen, se equivocó al no tomar una curva, dejando así paso libre a la victoria del inglés.
"Nunca llegué con una sensación tan buena al comienzo de una temporada", respondió el campeón mundial.
Frase que no pasó inadvertida en los cuarteles de McLaren-Mercedes Benz, en los que esperan que la pesadilla de 2007, la pérdida de todos los títulos en el final de la temporada pese a tenerlos al alcance de la mano, no se repita.
Mientras Raikkönen y Hamilton sueñan con la cima, Alonso se ocupa de bañar de realismo a quienes lo rodean en Renault. No será una prueba "fácil", aseguró el bicampeón mundial.
"Sé que una victoria o un podio serán difíciles en Australia, pero nunca se sabe lo que puede pasar durante una prueba", añadió el español, abriendo la puerta de la esperanza a una temporada que no se perfila como la suya.