ÜBERLINGEN, Alemania, (DPA).- El novelista y dramaturgo alemán Martin Walser presentó en Alemania su última obra, "Ein liebender Mann", una novela sobre el amor que despertó en el literato Johann Wolfgang von Goethe la joven Ulrike von Levetzow, 55 años menor que el genial alemán.
"Una historia de amor es siempre una historia de sufrimiento, que comprende cualquiera que haya amado", explicó Walser en una entrevista a DPA.
A poco de cumplir 74 años, Goethe se enamoró perdidamente de la joven Ulrike von Levetzow, de 19 años, la mayor de tres hijas de una viuda de sociedad, durante una estadía en 1823 en el balneario checo de Marienbad. Goethe, viudo ya desde hace años, se quedó paralizado al ver que la joven que conocía de niña se había convertido en una bella mujer. Le hizo la corte y le envió una serie de cartas cuyo contenido nunca fue publicado hasta que finalmente pidió su mano a través de un amigo y fue rechazado por la joven, probablemente a instancias de la madre. El frustrado amor quedó plasmado en un poema pleno de melancolía sobre el mar titulado "Marienbader Elegie" ("Elegía de Marienbad).
Walser, de 81 años, se ocupó anteriormente del tema del amor entre un hombre mayor y una mujer joven en tres libros, pero en esta oportunidad lo hace sobre uno de los grandes de la literatura alemana.
"Esta novela es la última palabra que escribo sobre el tema. Más bello que con Goethe y Ulrike no se pueden describir las dudas que despierta un amor así", precisa el autor de libros como "Matrimonio en Phillipsburg" y "Más allá del amor".
Walser se inspiró para describir al personaje de Ulrike en la fallecida actriz alemana Romy Schneider. "Pensé más que todo en la Romy Schneider de la época en que vivía en Francia, en sus gestos, su risa, su desparpajo y espontaneidad".
Para relatar la relación amorosa entre el casi anciano Goethe y la joven von Levetzow, Walser prescinde, a diferencia de sus obras anteriores, de describir las posibles fantasías sexuales del escritor. Un par de tiernos besos es la máxima expresión. "Quise convertir esos besos en una sensación. ¡Esas pocas veces que se besaron! Si se besan sólo las bocas no alcanza. Las almas deben besarse. ¡Eso es lo que cuenta! Me dio mucho más gusto describir estos besos tímidos", explica.
Otro autor alemán, el Premio Nobel de Literatura Thomas Mann, estuvo tentado de abordar el amor entre Goethe y la joven Ulrike, pero no se atrevió y acabó creando a un señor Aschenbach que se ve atraído por un joven durante una estancia en Venecia, la famosa "La muerte en Venecia".