HANS DAHNE
Los llamamientos al cese de la violencia sirven de poco actualmente en el conflicto entre Israel y la organización radical islamista de Hamas: ambas partes se hacen responsables del derramamiento de sangre.
Si no hay pronto un alto el fuego, a medio plazo se espera una intervención del Ejército israelí en la Franja de Gaza, opinan expertos. Sólo el miércoles y ayer, rebeldes palestinos dispararon a ciudades fronterizas israelíes más de cien cohetes Kassam y granadas.
El gobierno israelí se encuentra en problemas: por un lado, cientos de miles de ciudadanos que viven cerca de Gaza exigen que el Ejército actúe duramente y proporcione tranquilidad y seguridad. Pero por otro lado políticos extranjeros y organizaciones de ayuda internacional amonestan a Israel por agravar el sufrimiento de los 1,4 millones de palestinos que viven en la Franja.
Israel lo intentó todo para frenar la lluvia de cohetes sobre su territorio: sanciones económicas, aislamiento, recortes de electricidad y combustible y asesinatos selectivos . Pero esas medidas no han sido de gran ayuda.
"Los asesinatos continuados en Gaza no conducen a nada (...) No debilitarán la lucha por la libertad de los palestinos, ni llevarán la seguridad a Israel", comentó Gideon Levy del diario "Haaretz". Más de 800 palestinos murieron en dos años. "¿Y qué hemos solucionado con ello?", se pregunta. La organización radical Hamas que controla desde el año pasado la Franja de Gaza se mostró impávida ante la muerte de sus combatientes y los llamados a cesar el disparo de cohetes a Israel.
Israel tampoco se apura: teme la muerte de decenas de soldados en combates callejeros. "No puede ser que asumamos de nuevo el control directo de un millón medio de palestinos hambrientos, enfermos, desempleados y crispados que nos odian", escribía el comentarista militar israelí Alex Fishman. Las próximas semanas mostrarán si se podrán restablecer condiciones del proceso de paz. (DPA)