El 1 de agosto de 2005, el entonces gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo, junto con Kirchner en la presidencia anunciaban al país, en conferencia de prensa, la repatriación de los algo más de 515 millones de dólares que estaban depositados en Suiza.
"Salimos del default y traemos el dinero al país. Porque ahora las cosas van en serio. Esto es para todos aquellos que nos criticaron tanto sin entender nada del tema", se ufanó Kirchner ante los periodistas.
La campaña electoral a nivel nacional se entonaba con todo tipo de anuncios llegados desde el gobierno. Acevedo cumplía así con una de sus promesas electorales: la repatriación de los fondos de la provincia que estaban depositados en distintas cuentas del exterior hace más de una década.
Sin embargo todo quedó en el anunció.
Si bien el gobernador tenía intenciones de traer ese dinero a la provincia, Kirchner, aparentemente, no comulgaba con esa idea.
En octubre de ese año, Acevedo reiteró ante los medios que los fondos serían invertidos en Santa Cruz, "en obras de reconversión económica y social, principalmente en cambiar los activos energéticos para generar energía a partir de la hidroelectricidad o del viento".
Se cerraba el año y los fondos seguían sin aparecer.
Acevedo, pensando que tenía poder en la provincia, presionó a Kirchner para que libere el dinero del exterior. Esta presión la recibieron las empresas 'amigas' del ex presidente entre las que se encuentran Gotti SA, PTC y Austral Construcciones que participaban de millonarios contratos en el sur.
Cerca de 1.500 millones de pesos habían sido destinados por la Nación en el 2005 para la obra pública provincial. Las empresas 'amigas' del Ejecutivo nacional fueron adjudicadas para todas estas obras. Si bien los fondos llegaban de la Nación, se tenía que tener la firma del gobernador para que se ejecute el pago por que en definitiva, el mismo, terminaba saliendo de la gobernación.
Acevedo comenzó a presionar con los medios de comunicación. Criticó la forma en que se adjudicaban las obras públicas que llegaban con fondos de Nación. Y en ese momento se quebró la relación con el ex presidente.
Lo que sucedió después es historia conocida. En marzo del 2006 Acevedo renuncia a la gobernación acorralado por el kirchnerismo que lo acusaba de alta traición a la causa. Y los fondos seguían en el exterior.
Con Acevedo fuera de la pelea y el temor de que su sucesor insista con este tema, Kirchner terminó por armar su nueva estrategia. Acordó con Carlos Sancho, vicegobernador ultrakirchnerista a cargo del Ejecutivo, la conformación de un fideicomiso para poder seguir controlando los 515 millones de dólares que seguían en el exterior. El agente fiduciario en este nuevo contrato es el banco de Santa Cruz, perteneciente al Grupo Eskenazi que, aparte de poseer otros bancos provinciales privatizados, tiene una empresa constructora (PTC)y firmas ligadas a la industria hidrocarburíferas que, por su puesto, tienen suculentos contratos en Santa Cruz. Enrique Eskenazi es quien comanda todo el grupo y es el 'banquero amigo' del ex presidente.
Con la puesta en marcha del fondo fiduciario todo sigue como en 1993, con los fondos fuera del alcance de los santacruceños, en el exterior y bajo el mandato del matrimonio Kirchner o de su banquero amigo, que es lo mismo.