NEUQUÉN (AN).- Si bien la ley 23.928 indica en su artículo 10 que está prohibido indexar el precio de los alquileres, las estrategias utilizadas para garantizar su aumento son muchas, aunque no todas cuentan con el debido respaldo legal.
Las bonificaciones son una de las estrategias más usadas para modificar el precio de un alquiler. Se trata de los casos en los que se indica que el precio se elevará en determinado mes del contrato, no a la manera de una suba sino mediante la eliminación de una bonificación que se dio durante los primeros meses de vigencia.
En tales casos el monto total del contrato debe reflejar numéricamente esa bonificación.
Los plazos de renegociación son otra forma de garantizar subas. Se trata de plazos indicados en el contrato en los que las partes deberán obligatoriamente negociar el precio. En este caso la legalidad de la suba es cuestionable ya que podría tratarse de una indexación.
Los aumentos escalonados son la forma menos usual pero más legal. Se trata de subas ya indicadas en el contrato al momento de firmarlo en las que se indica mes a mes el valor que tendrá el alquiler. Este tipo de estrategias es legal ya que se trata de un consenso previo a la firma del contrato.