"Estaban trabajando con normalidad, con el mismo cuidado que tenemos siempre. Aparentemente habría habido un derrame del solvente combustible y en la otra punta de la planta piloto -tiene 20 por 15 metros- había un mechero prendido", explicó ayer al sitio lanacion.com el investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Río Cuarto, Alejandro Ambroggi. "Así es que esto, junto a los vapores de este solvente explosivo, produjo un gran gran incendio. Todo empezó a envolverse en llamas", dijo el Ambroggi, que ayer visitó visitó en el hospital a su amigo y colega Jorge Da, afectado por la explosión.

La sala tiene dos plantas, contó. Los que estaban en la zona de abajo, unas 8 personas, sufrieron las mayores quemaduras. "Mi amigo estaba en las oficinas de arriba. Se salvó del fuego porque decidió salir por un pasillo hasta llegar a unas aulas de Física", expresó. "Me contó, muy impresionado, que corría todo lo rápido que podía, y que sentía que le pegaban gotitas de fuego".

Según el parte médico, Jorge Da tiene quemadas las manos y la cara. "Según el médico es como una quemadura de sol muy intensa", explicó su mujer. Está fuera de peligro y en pocos días se va a recuperar de las quemaduras, pero su esposa puso énfasis en otras secuelas: "Lo peor es el impacto psicológico", manifestó.

A ella y a Alejandro, Jorge les contó ayer: "Era impactante ver que los demás compañeros se empezaron a tirar por la ventana, a unos tres metros del suelo. Lo peor fue ver a un colega correr con la ropa incendiada, todo envuelto en llamas".

Por su parte, el docente de Física Jorge Vicario tomaba un examen en el laboratorio del primer piso de la planta piloto, que también funciona como aula. "Pensamos que era un temblor en un primer momento", relató ayer. "Minutos después empezó a entrar humo y nos dimos cuenta que algo había explotado". Según dijo, uno de los alumnos rompió el vidrio de una de las puertas. "Estábamos nerviosos, confundidos, pero salimos todos sin daños".