BUENOS AIRES (enviado especial).- El caballero 'loser' abre un nuevo camino en el rock. Qué mejor aperitivo que tener a Beck para matizar la espera al plato fuerte. El complemento que tuvo el show fue uno de los mayores aciertos de la organización. El creador de 'Loser', tema que lo catapultó a la fama a mediados de los '90, entregó un show brillante y potente que contó con la complicidad de muchos de los asistentes, que tomó la performance como una bendición y no como un relleno que apaciguara la espera. Beck se ríe de la diversificación. Con su música se coloca en el centro donde todo se fusiona y queda solamente rock. Nada más y nada menos. La formula es sencilla, pero nada fácil de hallar por estos tiempos: el 'loser' angelino y sus muchachos son buenos músicos de rock que hacen buenas canciones de rock. No es ni pop, ni funk, ni necesariamente indie. Es todo eso y mucho más. Es Beck.
El resto de las cosas son más sencillas, lograr la identidad es la figurita difícil de todo este circo. Él lo ha logrado, y se nota. Si el número a los organizadores les cerró bien, con la presentación de The Police se habrá inaugurado una nueva forma de segmentar el campo para recitales, ese lugar que está a los pies del escenario, y que ha servido de espacio para valientes capaces de conquistar la primera valla, con tal de estar lo más cerca posible de los ídolos. "Prevención vallado", era la leyenda que podía leerse en la chaqueta celeste del personal de seguridad, que con cara de pocos amigos, deambulaba de un lado a otro por un pasillo de no más de dos metros de ancho. Este corredor, que se extendía a todo lo ancho de la cancha, separó el "campo VIP" del "campo trasero".
Posiblemente de ahora en más, para llegar a la anhelada primera valla no sólo se necesitarán agallas, tolerancia al calor y a los apretujones. También hará falta una buena y abultada billetera. El anuncio fue hecho antes del show del sábado. Las dos presentaciones de The Police en Buenos Aires le darán vida al álbum en vivo y al DVD que saldrá a la venta una finalizado el tour, a mediados del año que viene. Quizá esta sea parte de la explicación del impresionante despliegue de luces y cámaras que inundaron la cancha de River. Los aplausos se los llevó una cámara aérea que osciló por encima de la cabezas del público en las dos presentaciones, amarrada por dos pares de tensores que salían de los sectores opuestos de plateas del estadio y que se trasladaba de lado a lado.
Tres pantallas de una nitidez asombrosa, acercaron algunos primeros planos y fotos de los músicos en sus comienzos. También le dieron marco a algunas imágenes de niños pobres de todo el mundo, en el único momento 'politizado' del show.