BUENOS AIRES (DyN) - Para el espacio político que agrupa a la dirigencia de centro y de derecha, las últimas elecciones dejaron en claro que el futuro de la oposición pasará durante un largo tiempo por el éxito de la estrategia política nacional de Elisa Carrió o los resultados de la gestión de Mauricio Macri al frente del gobierno porteño.

La selección de estas alternativas no parece caprichosa si se tiene en cuenta que Macri obtuvo el respaldo de 786.000 porteños (45,6 por ciento) el 3 de junio, y superó el millón de votos (60 por ciento) en la segunda vuelta del 24 de junio.

Por su parte, Elisa Carrió cosechó 4.400.000 sufragios (23 por ciento) como candidata presidencial de la Coalición Cívica y hoy disputa la segunda colocación en el ranking de representantes parlamentarios con el centenario partido radical, que se encuentra sumido en una complicada coyuntura interna para definir sus liderazgos.

Los simpatizantes de posiciones de centro y de derecha todavía se tomarán un tiempo para definir sus preferencias, mientras descubren cómo se desarrolla el ritmo de gestión que prometió el titular de PRO en la campaña. Con Macri se sienten más cercanos en la ideología y la visión de cómo funciona y cómo debería andar el mundo y la economía, pero todavía tienen que aguardar que el trabajo de Macri muestre que la realidad porteña va a "estar buena", tal como prometía el eslogan de la campaña macrista.

Los votantes de ambos sectores ya demostraron que pueden optar por Elisa Carrió cuando se convierte en el principal punto de atracción contra el gobierno central manejado por el justicialismo. De hecho lo hicieron el 28 de octubre al darle el triunfó en la Capital con el 37,7%, con casi 10% de diferencia sobre la lista de sus postulantes a diputados y senadores.

El espacio de centroderecha, que en lo sustancial acordó con Ricardo López Murphy en el año 2003 y lo ubicó tercero en la disputa presidencial de ese año, tiene mayor afinidad ideológica con Macri, pero ve con simpatía la defensa que Carrió hace de los valores republicanos: la división y la independencia de los poderes y la trasparencia del manejo de los fondos públicos.

El partido de Ricardo López Murphy constituye un caso prototípico sobre las dudas y las incertidumbres de los frustrados votantes centristas y el debate sobre las alianzas futuras. Los dirigentes lopezmurphistas de la capital, que compartieron el triunfo electoral porteño de Mauricio Macri, no tienen dudas de preferir la continuidad de la coalición PRO que lidera el próximo jefe de gobierno porteño. Sin embargo en la provincia de Buenos Aires, donde el candidato macrista Francisco de Narváez resultó tercero, se advierte un crecimiento de las simpatías por establecer puentes con Carrió.