El inusual porcentaje de corte de boletas sorprendió ayer en Río Negro y dejó heridos aun entre quienes obtuvieron la cantidad suficiente de votos como para acceder a las bancas de diputados y de senadores en juego.
En proporción superior a lo sucedido en anteriores comicios, los electores rionegrinos fueron al cuarto oscuro preparados a hacerse oír. Y lo que dijeron fue que la oferta no los conformó.
Pese a que en el tope de la lista se elegían los máximos cargos del Poder Ejecutivo Nacional, la elección no se polarizó en la provincia. Por el contrario, la diversidad del voto fue la que que suele caracterizar a los comicios parlamentarios.
Y si se comparan los resultados con los de la elección de gobernador del pasado 20 de mayo, los dos sectores mayoritarios perdieron votos, que drenaron sobre todo al ARI y al lavagnismo pero también al socialismo y al sobischismo.
Un dato llamativo: Hubo un 10% menos de votos para la fórmula presidencial Cristina Fernández-Julio Cobos que la suma que se repartieron en las categorías de senador y diputado nacional los dos sectores que la respaldaban en Río Negro. Esto prueba que la elección más "caliente" fue la que disputó espacios de poder provincial y que -lejos de toda concertación de superestructuras- sigue mostrando una fuerte competencia entre el radicalismo y sus aliados y el peronismo y los suyos.
El corte de boleta se notó más en la categoría de diputados nacionales, ya que muchos de los que votaron para el Senado a Pablo Verani se empeñaron en no respaldar para Diputados al sindicalista de UPCN Juan Carlos Scalesi y aplicaron tijera. En el arrastre, perjudicaron a la radical Cinthya Hernández, que iba en segundo lugar y que pierde la banca que ocupa hasta diciembre. Donde más se notó el malestar por la candidatura de Scalesi fue en Bariloche, donde ganó por quinta vez consecutiva el Frente para la Victoria, y el ARI a poco estuvo de desplazar a la Concertación a un tercer lugar en el segmento de Diputados.
Quien recibió parte de los votos que se le negaron a Scalesi fue Fernando Chironi -aunque no lo sostendrán en su banca.
En el Frente para la Victoria, Pichetto -a pesar de una campaña tibia- obtuvo más votos para el Senado que los que logró para Diputados Jorge Cejas. Unos cuantos habrían mudado al ARI, que duplicó el porcentaje de sufragios logrado en mayo.
Así, en lugar de consolidar sectores, esta elección profundizó diferencias y enconos, y tanto ganadores como perdedores comenzarán una larga retahíla de facturas. Sobre todo en Roc a -una ciudad en la que el radicalismo no logra ya el capital que ostentó- y en Bariloche, que otra vez le dio la espalda.
ALICIA MILLER
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