BUENOS AIRES (ABA) .El radicalismo que apoya a Lavagna sintió ayer impacto por la derrota de Angel Rozas en el Chaco.
"Es una contrariedad importante, pero el proyecto nacional Lavagna presidente no se altera", afirmó el titular de la Convención Nacional de la UCR, Adolfo Stubrin, uno de los pocos dirigentes del partido centenario que ayer aceptó salir a dar la cara. En diálogo con "Río Negro", señaló como factores que podrían explicar el resultado la menor cantidad de votos -en relación a lo esperado- por las lluvias en el interior chaqueño, pero especialmente por las "alianzas que consiguió tejer el candidato kirchnerista Capitanich".
Stubrin criticó el aporte que realizó el partido de López Murphy, Recrear, en favor de Capitanich, situación que consideró "propia de las realidades provinciales".
Pero la embestida tanto de Stubrin como de voceros partidarios apuntó especialmente contra Elisa Carrió, quien salió a celebrar el triunfo de Capitanich cuando el ARI en su provincia -Carrió es chaqueña-, no habría alcanzado ni el 4 % de los votos..
"Es lamentable agregó Stubrin- que alguien que dice ser acérrima enemiga del gobierno salga a expresarse del modo en que lo hizo Carrió, "francamente uno no sabe bien que ocurre con la coherencia de la oposición".
La situación desde el punto de vista político es complicada en la UCR, ya que lo ocurrido en Chaco implica la salida del único gobernador radical anti-K (Roy Nikisch), mientras los K (Eduardo Brizuela del Moral en Catamarca, Miguel Saiz en Río Negro y Arturo Colombi en Corrientes) triunfaron en sus provincias.
Puertas adentro, en la víspera hubo fuertes versiones de críticas a Lavagna, aunque fueron oficialmente desmentidas. "El tirón de orejas de los radicales a Lavagna se centraría en que las adhesiones a su candidatura "no levantan", mientras desde el radicalismo K dicen que la UCR no logra retener el poder ni en los distritos donde el triunfo se daba por descontado.