En un forzado gesto por minimizar el costo político en otro presunto caso de corrupción, el gobierno reaccionó ahora con cierta rapidez -lo que no hizo con Skanska y el bañogate de Miceli-. El escándalo del venezolano que ingresó con 800.000 dólares al país derivó ayer en un pedido oficial de renuncia al titular del ente de control de las concesiones viales, Claudio Uberti, quien presentó su dimisión.
Paralelamente, la justicia denunció por contrabando al empresario venezolano atrapado por personal de la Aduana con los fondos sin declarar. Se desconoce su paradero, pero estaría en Uruguay.(Ver recuadro)
Pese a pedirle la renuncia a Uberti, un hombre clave en los oscuros negocios con Venezuela, el gobierno mantuvo en su cargo a Exequiel Espinosa, titular de Enarsa, empresa estatal que contrató el vuelo en el que viajó el venezolano del maletín. Este debe explicar en calidad de qué subió Antonini Wilson al avión, junto a funcionarios de la petrolera venezolana PDVSA.
Con los hechos de ayer, el gobierno demostró otra vez que cuando todas las líneas conducen al superministro De Vido - "el cajero de Kirchner", denunció Elisa Carrió- es necesario cortar cabezas para que el daño no afecte al núcleo duro de la pingüinera.
Eso ya quedó demostrado con las presuntas coimas en la causa Skanska. Sacrificaron a Fulvio Madaro (Enargas) y Néstor Ulloa (Nación Fideicomisos). Así, De Vido, "el estratega" de los negocios energéticos, quedó provisoriamente a salvo. Claro que también fue necesario quitar la causa al juez que seguía la ruta de las presuntas coimas, López Biscayart. La causa la tomó un magistrado designado en la gestión K, Guillermo Montenegro.
Fuentes de la cartera que dirige Julio De Vido, confiaron ayer que el ministro de Planificación Federal y el presidente Néstor Kirchner se reunieron a última hora con Uberti (Occovi) y le exigieron un urgente alejamiento de su cargo tras comprobarse que viajaba en el mismo avión que el venezolano que ingresó los dólares sin declarar.
El hombre clave en la relación con Venezuela presentó su dimisión ayer a la mañana, la cual fue aceptada en el momento por las autoridades oficiales.
El presidente Kirchner puso en palabras la estrategia oficial ante el escándalo. Aseguró que no "tapa nada" y que en el país "por primera vez" se "combate en serio la corrupción".
"Uberti reconoció que fue un error subir a esta gente en un avión de la delegación oficial", señaló a este medio una fuente oficial.
En la misma sintonía, el ministro de Planificación justificó la decisión en declaraciones al sostener: "Entendimos que producto de errores que se cometieron en el marco de su visita a Venezuela se habían incorporado en el avión personas ajenas a la delegación original y concebimos esto como un error".
"El lo admitió y, obviamente, le solicitamos la renuncia al cargo que acaba de entregar y que acabo de aceptar en una resolución del Ministerio", agregó.
No obstante, no hubo ninguna novedad sobre los demás integrantes de la delegación argentina que viajaban en el avión. Ellos son Victoria Bereziuk, una joven empleada de Planificación, y Espinosa, presidente de Enarsa.
Las declaraciones de De Vido sonaron minutos después de que el ministro Fernández dijera que "no tiene sentido" que "pidan informes sobre la conducta de un particular, aunque fuera delictiva". (R.Central y DyN)