ARNALDO PAGANETTI
BUENOS AIRES (ABA).-"Con qué cara puedo decirle a sus votantes que ese señor no me gusta y está inhabilitado moralmente para ser diputado, cuando no tiene, como exige la ley, una condena penal en su contra".
De esta manera, la jueza de la Corte Suprema de Justicia, Carmen Argibay, se refirió a la situación del ex comisario Luis Patti, quien reclama su banca a partir del reciente fallo que favoreció en abstracto al ex represor Antonio Domingo Bussi.
Sin embargo, señaló que "si bien es fácil decir que esas dos causas son iguales y van a tener el mismo resultado", prefiere esperar conocer los fundamentos del recurso presentado por los abogados de Patti. "Si está mal argumentado, no va a tener la misma resolución", indicó.
Patti sostiene que lo votaron 400.000 personas...
El problema es quién dice cuál es la inhabilidad moral. Nuestra ley dice que tiene que haber una condena. No la hay, y sí un número de votantes equis cuya cantidad es sufi
ciente para darle a Patti la elección de diputado ganada. Esa gente forma parte de la sociedad y tiene derecho a tener su representante ¿Con qué cara le voy a decir que porqué a mí ese señor no me gusta, no tiene derecho a tener ese representante?
En su despacho del cuarto piso de tribunales, Argibay recibió a "Río Negro" para informar sobre la jornada preparatoria de jueces de la región Patagonia que tendrá lugar mañana en Roca, como antesala de la conferencia nacional que se hará en septiembre en Salta. Entre los temas figuran independencia, gestión y disminución de los litigios.
A propósito, ¿cuál es la evaluación que hace de la justicia, considerando las interrupciones al sistema institucional de los últimos 50 años y el golpe del 24 de marzo del '76, que habilitó la figura despreciable del detenido-desaparecido?
Hay un debate pendiente que excede lo judicial. La sociedad no se ha puesto de acuerdo consigo misma. No hay un real examen de la situación, ni una evaluación de qué pasó, por qué pasó, por
qué se permitió que en algunos casos pasara o por qué se influyó para qué pasara. La gente joven no tiene mucha idea y los más grandes no le damos cabida para que se enteren, porqué no nos hemos decidido a hablar de esas cosas y de esos tiempos. Es una deuda pendiente que no tiene que ver solo con la justicia, tiene que ver con la sociedad en que vivimos.
Es a la justicia a la que se le demanda una respuesta, también sobre el presente...
Por supuesto. Las injusticias repercuten en el presente porque no nos ponemos de acuerdo nosotros mismos en el examen de ese pasado. No sé si será porqué estamos demasiado cerca, o no tenemos capacidad o voluntad para hacerlo. Estamos en la nebulosa y los ánimos se exasperan muy rápido. Así no se puede discutir. No se llega a nada. Cuando uno está cerrado absolutamente a no querer escuchar al otro, es imposible. Es una falla de todos. Hasta lo vemos en la calle: si dos personas tienen un inconveniente, enseguida empiezan los gritos, las trompadas, cuando no los tiros. Hasta parece que tuviéramos miedo de ponernos a hablar del pasado. Hay que buscar un espacio de reflexión.
El cónsul argentino en Nueva York, Héctor Timerman, anticipó que querellaría a civiles que ayudaron a secuestrar a su padre. ¿Es eso posible?
Como los crímenes de lesa humanidad no prescriben, eso es posible, aunque no sé hasta qué punto puede haber evidencias en la prueba más o menos concreta de la intervención de esas personas. No sé a quién va a denunciar y qué lugar ocuparon. Se verá...
Hoy se teme lo peor sobre la suerte de Julio López, quien declaró en el juicio contra el ex represor Miguel Etchecolatz y se encuentra
desaparecido. ¿No se pudo hacer algo para impedirlo?
El programa de protección de testigos se puso en funcionamiento después que apareció su caso. Estas cosas pasan. En muchas partes del mundo. Es un hecho muy desgraciado que refuerza esa sensación de temor que gana a mucha gente.
¿Falla la Justicia?
La Justicia está lenta por muchas razones. Y no porque los jueces son vagos y no van a trabajar. Hay una sobrecarga de tareas sin aumento de jueces. En algunas partes ingresa más personal y eso no es lo mejor. Lo mejor serían más jueces. Hay problemas de infraestructura y de capacitación. Las causas son enormes y no hay lugar físico donde colocar tantos papeles. ¡Es una barbaridad que esto ocurra en pleno auge de la informatización!