ESTOCOLMO/VENECIA/PARíS (DPA) - La muerte del Bergman causó pesar en el ambiente del cine y también en el mundo de la política. El cineasta estadounidense Woody Allen dijo al diario de internet sueco "aftonbladet.se": "Estoy muy, muy triste. Bergman era un amigo y con seguridad el mejor director de mi era".
Por su parte, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, calificó al creador de filmes clásicos como "El silencio" o "Fanny y Alexander" como un "genio del cine de nuestro tiempo". En tanto, el presidente de la Bienal de Venecia, Davide Croff, y el director del Festival de Cine de la ciudad italiana, Marco Müller, vieron reflejadas en su obra preguntas existenciales de la modernidad. "Bergman ha descrito en sus películas los miedos y crisis del hombre contemporáneo. Su cine terrenal es al mismo tiempo de una elevada espiritualidad, donde no se pretende dar respuestas. Por eso siempre nos encontramos en él, como en un espejo", señalaron en su reconocimiento. En tanto, la ministra de Cultura francesa Christine Albanel se refirió a Bergman como un extraordinario "pintor del alma y de la pasión humanas", que lega a la posteridad una obra eterna y universal.