El pedido de indagatoria a la ministra de Economía, Felisa Miceli, presentado ayer por el fiscal federal Guillermo Marijuan por el hallazgo de una bolsa con dinero en su despacho, se convirtió en el detonante de la renuncia que suscribió la funcionaria horas después en la Casa Rosada.
Ahora, desde el llano y como ex funcionaria, Miceli deberá proseguir con su descargo, en el marco de la investigación judicial.
En un durísimo dictamen de 56 páginas, Marijuan manifestó sus sospechas sobre el presunto "origen espurio" del dinero que se encontró en el armario del baño de su despacho y determinó que, al menos el fajo de pesos encontrado, "llegaron a su poder por afuera de una operación financiera legal, regular y debidamente registrada" con su debido "respaldo documental".
El fiscal también reprochó a Miceli que el día que fue encontrado el dinero en el armario, intentó interceptar el acta original labrada por los policías tras el hallazgo, que es considerado un documento público.
Según el informe, la ministra "llamó a su secretaria privada y le pidió que consiguiera el acta original", pese a que "ya tenía en su poder una copia del acta aludida, y no existía y tampoco debía existir, motivo alguno para que aquella obtuviera su original".
Tras analizar el caso, concluyó que estaban "reunidas las pruebas suficientes demostrativas de los hechos acaecidos", por lo que entendió que existe "motivo bastante para sospechar que los investigados han participado en la comisión de distintos delitos". (DyN)