LA PLATA.- El cónsul general argentino en Nueva York, Héctor Timerman, declaró ayer ante la Justicia que su padre, el periodista Jacobo Timerman, le contó que el ex capellán Christian Von Wernich estuvo en sesiones de torturas a las que lo sometían los represores de la dictadura militar. El cónsul dijo que su padre le reveló que "en oportunidades cuando la venda que tabicaba su ojos se le caía por las descargas eléctricas, vio que Ramón Camps, el médico Jorge Bergés y el cura Von Wernich estaban presentes en las sesiones de torturas". Según su padre, "el 80 por ciento del interrogatorio al que era sometido el fundador del diario La Opinión "tuvo que ver con su condición de judío y con el marxismo".
Timerman hijo declaró ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que juzga a Von Wernich, ex capellán de la Policía Bonaerense, por delitos de lesa humanidad. Contó que Von Wernich nunca quiso hablar con su padre y "participaba de las torturas sin hacer preguntas; el cura en los centros clandestinos de detención actuó como represor, no como sacerdote; su función en esos lugares no era preguntar sino presenciar las torturas y los interrogatorios a mi padre".
Añadió que "después de 40 días de cautiverio en Coti Martínez y Puesto Vasco nos permitieron verlo en la alcaidía del Departamento Central de la Policía (Federal) en la calle Moreno; lo habían torturado salvajemente, estaba aterrado y se negaba a describir lo que había sufrido y visto". "Sólo nos pedía que nos olvidáramos de él, que nunca iba a salir y acepta la visita del rabino Marshall Meyer, que le llevó un Biblia judía donde había escrito 'este libro mantuvo vivo al pueblo judío y te mantendrá vivo a vos'", expresó.
Timerman recordó que "una vez fui al despacho de (el ex jefe policial Miguel) Etchecolatz y mientras lo aguardábamos junto al rabino entró al despacho el subcomisario Darío Rojas, que estaba a cargo de Puesto Vasco y fue quien comandó la patota que secuestró a mi padre actuando con el nombre de Echanone". "Etchecolatz le reclamó un prisionero y le respondió que lo habían matado; 'son unos tarados, ustedes tienen que matar cuando yo les digo pero cuando ordeno me lo traigas vivo lo traés vivo', le recriminó enojado el jefe policial", añadió. "Hasta que la última de las víctimas no sienta que recibió justicia ... no se puede decir que tenemos una democracia completa", sostuvo. Y confió que "para mí es una gran tristeza que mi padre no pueda vivir este momento".
También deseó que "algún día podamos juzgar a los civiles que participaron de la dictadura militar, que fueron (...) gente que se acomodó en la democracia y que hoy andan dando vuelta por ahí: ellos son tan culpables o más que los propios militares". "No me alcanza con uno o dos presos, lo que necesito es saber que en la Argentina los que fueron partícipes de crímenes de lesa humanidad son juzgados y condenados, dijo el cónsul. Advirtió que "los testigos somos potenciales víctimas porque muchas personas que participaron de la dictadura militar siguen estando vinculadas a empresas de seguridad o a la justicia".
En el marco de su denuncia de la complicidad civil con el secuestro de su padre, el cónsul recordó que "el diario La Nueva Provincia, de Bahía Blanca, propiedad de Vicente Massot, reproducía", durante el cautiverio de Timerman, "supuestos testimonios de mi padre. Lo que me hace preguntarme que o ellos participaban (de los interrogatorios) o alguien le pasaba datos".
Luego declararon el hermano del cónsul, Gustavo Timerman, que tenía 15 años cuando secuestraron a su padre y Rafael Perrota, hijo del dueño del Cronista Comercial, desaparecido desde junio de 1977. (Dyn/Télam)
