ROCA (AR).- Un hombre que junto a un grupo de conocidos había estado bebiendo en abundancia durante gran parte del domingo, fue degollado en una calle que se encuentra en el límite norte de esta ciudad.

El certero corte le afectó la yugular, por lo que la víctima perdió gran cantidad de sangre en pocos minutos. Un rápido aviso telefónico a la comisaría 21 y al hospital sobre la presencia de una persona tirada en plena calle en medio de un charco de sangre, no alcanzó para salvarle la vida a Oscar Ramírez (50 años) quien murió cuando era trasladado al hospital roquense.

Ramírez fue asesinado a pocos metros de la esquina de Piedra Buena y Cisnes, en Barrio Nuevo, la última cuadra habitada del norte de Roca. A pocos metros también, se encuentra la humilde casilla que habitaba la víctima junto a su concubina, y que había sido el lugar de encuentro para ingerir bebidas alcohólicas y escuchar por radio el partido de fútbol entre Argentina y Brasil.

Lo que se pudo establecer es que el asesino estaba detrás de la víctima cuando le cortó el cuello. Ramírez también presentaba una herida de arma blanca en el hígado, aunque el corte en la yugular fue la que le provocó la muerte.

El crimen ocurrió alrededor de las 21.30 del domingo, y según los datos recogidos por los investigadores, Ramírez había salido de la casilla en busca de más bebidas alcohólicas.

Cuando la policía llegó al lugar se demoró a la concubina de la víctima y a un amigo que se encontraba en la humilde vivienda. Sin embargo, recién ayer a la mañana se les pudo tomar declaración, ya que antenoche aún se encontraba bajo una intoxicación alcohólica que les impedía comprender lo que se les preguntaba y lo que había sucedido.

Ayer cerca del mediodía, el juez Juan Torres avaló el pedido para realizar tres allanamientos en las inmediaciones. En uno de ellos, se secuestró un arma blanca, aunque deberán ser los peritos del gabinete de Criminalística, los que determinen si con esa arma fue asesinado Ramírez.

De la víctima se sabe muy poco: no tenía antecedentes, aunque sí varios ingresos a la comisaría pero por haber sido encontrado en la vía pública en estado de ebriedad.

"En apariencia no se trataba de una persona violenta, aunque cada vez que se tomaba generaba algunos conflictos con los vecinos, ya que se pondría pendenciero", señaló ayer uno de los jefes allegados a la investigación.

Los pesquisas han descartado que el móvil del asesinato haya sido el robo.

"En la precaria casilla no hay nada de valor. Es más, esa humilde vivienda no tiene siquiera energía eléctrica, y durante la velada en que tomaron varios litros de vino, se alumbraban con una vela", se indicó.

El ajuste de cuentas también fue descartado.

"No era una persona peligrosa o tan violenta como para que alguien quisiera matarlo", fue otro de los argumentos de los investigadores.

Se trata de ubicar a otras personas que podrían haber compartido la jornada del domingo con Ramírez, para que aporten datos sobre lo sucedido ese día, especialmente, por si hubo algún problema momentos previos al fatal desenlace.

De la investigación participaron personal de la comisaría 21 -con jurisdicción en la zona-, de la Brigada de Homicidios y del Gabinete de Criminalística.