CIPOLLETTI (AC).- "No nos cae para nada bien", dijo Ulises González tras la reincorporación de Sergio Oliva y Gabriel Marín, dos de los ex comisarios que fueron apartados en el marco de la investigación del triple crimen.
El padre de María Emilia y Paula, las hermanas asesinadas en 1997 junto a su amiga Verónica Villar, prefirió no realizar demasiados comentarios ayer al enterarse de la novedad.
"Uno hace esfuerzos para olvidar y ellos aparecen como premiados. Lo mismo pasó con (José Luis) Torres y (Luis) Seguel, que fueron reivindicados por el gobierno y ahora hasta se dan el lujo de tener un nivel de vida mejor", agregó.
Por medio de un decreto firmado por el gobernador Miguel Saiz, Marín y Oliva fueron reincorporados y a su vez pasados a retiro previsional. Ambos habían entablado una demanda debido a que fueron puestos en disponibilidad por su actuación en la investigación del triple crimen. Tras el planteo judicial entablado, incluso lograron ser ascendidos al grado de "comisario general".
"No han hecho méritos como para que ahora se los ascienda. ¿Cómo se sentirá un policía honesto?", se preguntó González. Y se excusó de realizar mayores declaraciones ante el malestar que le generó la noticia. El desánimo se hacía evidente en el tono de su voz.
Oliva era jefe de la comisaría Cuarta cuando las jóvenes fueron asesinadas en noviembre de 1997. Torres, como subcomisario, tenía a su cargo la Brigada de Investigaciones en la misma unidad policial. Seguel era el jefe de la ex subcomisaría 69 (ahora comisaría 32), que tenía jurisdicción en la zona donde desaparecieron las chicas y en el lugar donde se encontraron los cadáveres.