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Domingo 15 de Julio de 2007
 
Edicion impresa pag. 22 y 23 >
Espejo

La oposición tiene un espejo donde mirarse. Si lo del domingo pasado en Zapala fue el ensayo general de lo que ocurrirá en Neuquén, no cabe duda: le van a llenar la cara de dedos.

El MPN triunfó en esa ciudad con Cutral Co una de las dos más emblemáticas del partido con apenas lo puesto. La performance, por debajo del piso histórico provincial de entre el 38 y el 40%, autoriza a pensar que esa fuerza sigue fondeada en la cuna de sus profetas.

¿Qué pasó? La oposición no se pudo poner de acuerdo. Podestá no supo retener a uno de sus colaboradores Ponce, y su candidato Tomasini no reunía, por edad y por ser considerado poco menos que un forastero, los atributos para conquistar a un electorado en parte conservador y localista. Para colmo de males, tampoco hubo acuerdo con Garrafa, un candidato que se adivinaba potable, y aunque éste tampoco pudo ganar se quedó con una parte insustituible de los votos.

Basta sumar lo que obtuvo cada fuerza por su cuenta para ver en toda su magnitud el patetismo de la situación. Como dijo un dirigente, el MPN no ganó, perdió la oposición. No parece que en Zapala la gente haya querido devolver el gobierno al MPN, antes bien los resultados ratifican que eso es tiempo pasado, que en esa localidad, como en otras de la provincia, el emepenismo como dicen ahora los jóvenes "está chau".

¿También está chau en Neuquén? Existen motivos para pensar que sí. Que el electorado de la capital le ha tomado el gusto a la ventaja de contar con un gobierno local alternativo al provincial. Antes de Quiroga, el MPN gobernó sin mayor rédito para los vecinos, entre otras cosas porque el gobernador de turno veía como un competidor al intendente de la ciudad más importante, y lo tenía cortito. De las dos últimas gestiones, protagonizadas por Quiroga, se podrán decir muchas cosas pero nadie puede negar que fueron mejores que las precedentes. Es cierto que hubo bonanza económica, pero también quedó demostrado que cierto contrapunto entre ciudad y provincia beneficia a los vecinos.

Es decir que hay condiciones objetivas para que la oposición siga gobernando, lo que no está claro es si las fuerzas que la integran podrán potenciar la oportunidad que sigue latente.

Por lo pronto, Quiroga acaba de poner por delante la candidatura de Farizano. Desde luego se trata de algo legítimo, porque el quiroguismo es la principal fuerza de oposición y está en todo su derecho de postular a alguien del riñón. Pero el líder radical había admitido que el 3 de junio se perdió porque el cambio se dispersó y había llamado al resto de la oposición a impedir que el MPN recupere la ciudad.

"Nombraron candidato a intendente y designaron postulantes a concejales, ¿para qué convocan a otras fuerzas?", se preguntó, como no podía ser de otra forma, Oscar Massei.

Sin dar por muerta a la unidad antes de que nazca, el diputado del Frente para la Victoria puso el acento además en la necesidad de acordar un programa como punto de partida.

Distante del kirchnerismo pero cerca de una propuesta de unidad para el municipio el concejal de Recrear, Marcelo Bermúdez, había advertido antes sobre lo mismo.

¿Qué tipo de unidad persigue en realidad Quiroga? Quizá el intendente quiere hacer valer su capital político ocupando el cargo más importante, el único que en realidad le interesa, a la espera de que el resto se encolumne detrás, cada una con su propia lista de concejales. Pero no parece ser el convite que están esperando los demás, que ahora tienden a pensar que "Pechi" quiere poner una "pata propia" en el municipio y si no lo logra prefiere quedarse como primera fuerza de oposición. El intendente no pocos lo ven tiene un proyecto de poder de largo aliento y cuenta con votos, recursos y tiempo para aguantar. Pero así, claro, las ilusiones unitarias se van a estrellar contra una realidad llamada José Brillo.

Justamente, en el cuartel general de Jorge Sapag esgrimen sondeos que dan cuenta de que su candidato orilla hoy el 48% de intención de voto, bastante más atrás dicen está Massei, que recién se asoma a la postulación, y un poco más lejos, Farizano. Acaso el candidato del MPN piensa pasar como Macri, sin hacerse ver, mientras las fuerzas que se pretenden progresistas se sacan los ojos entre sí.

Desde ya la capital no es, hoy por hoy, la mayor preocupación de los azules. Antes están las internas para diputados y senadores; las elecciones de Plottier y Rincón y, más espinoso aún, el escenario del 28 de octubre.

Lo mejor es ir por partes. Se renuevan dos bancas de diputado y tres de senador, y el sapagismo aspira a colocar por lo menos uno entre los primeros y dos entre los segundos. La presión interna para que Sapag comparta las bancas se ha incrementado esta semana por parte de sectores sobischistas y salvatoristas. Pero Sapag ha dado a entender, por sí o a través de terceros, que el futuro gobierno debe contar con embajadores afines ante el gobierno nacional. Y esto involucra un aspecto en el que el gobernador electo está en las antípodas de Sobisch: no quiere enfrentar a Kirchner sino alcanzar una relación de colaboración con él, por lo tanto los candidatos no pueden estar en la vereda opuesta.

En esto, como en lo que se refiere al futuro gabinete, cerca de Sapag advierten que éste no está dispuesto a aceptar presiones y que manejará él mismo los tiempos. El tema no es menor, porque en el MPN subsisten dos polos de poder: el de Jorge Sobisch y el del magnate gremial Guillermo Pereyra.

Ninguno de los dos tiene por prioridad la provincia. Al primero le interesa más su carrera presidencial y al segundo, la federación de petroleros. Pero no está escrito que en algún momento sus planes no se interpongan con la realidad local.

La segunda prioridad de los azules son las elecciones de Rincón y Plottier. La primera, no presenta mayores dificultades, pero de la segunda no pueden decir lo mismo porque en esa ciudad Gallia sigue midiendo bien.

El tercer tema puede ser el principal dolor de cabeza. Se lo ha visto a Sobisch compartiendo cartel con dirigentes tan prestigiados como Menem, Rodríguez Saá, Ramón Saadi... No es imposible que el neuquino termine en la fórmula del peronismo residual. En ese supuesto, de inevitable enfrentamiento con Kirchner, ¿qué hará el MPN? ¿llevará o no candidatos a presidente y vice?

 

HECTOR MAURIÑO

vasco@rionegro.com.ar

 
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