MARACAIBO, Venezuela, (DyN, Enviado especial) - Brasil desnudó hoy la falta de equilibrio del seleccionado argentino. Cuando todos lo ubicaban como punto terminó siendo banca y llevándose la 42ª Copa América al imponerse por goleada 3-0 en el Estadio José Encarnación Pachencho Romero, en Maracaibo, ante unos 42 mil espectadores. Julio Baptista y Roberto Ayala, éste en contra de su valla, le dieron a Brasil la ventaja parcial de 2-0, que incrementó Dani Alves en la segunda mitad para redondear una labor impecable del equipo de Dunga, quien no pudo haber tenido un mejor inicio como entrenador del seleccionado verdeamarelho.

Ante un rival que fue a buscar el partido, como sólo lo había hecho por pasajes México, Argentina mostró que es un equipo cuando ataca y otro cuando defiende. Y eso quedó demostrado rápidamente cuando en el primer intento brasileño, sobre los 4 minutos, Julio Baptista recibió un pelotazo largo en el vértice izquierdo del área, enganchó frente a un dormido Roberto Ayala y sacó un disparo de derecha que se le metió en el ángulo a Roberto Abbondanzieri.

Argentina no perdió la paciencia y enseguida estuvo cerca del empate, pero a diferencia de los verdeamarelhos falló su disparo final. Desbordó Messi por izquierda y sacó un centro largo, que Juan Sebastián Verón le bajó con precisión a Juan Román Riquelme, pero la figura argentina en el certamen esta vez falló por milímetros: sacó un zurdazo bárbaro que pegó en el palo derecho de Doni y se perdió. Después el partido fue parejo, con posesión compartida.

Pero Brasil, ante la necesidad del conjunto albiceleste, tuvo más espacios y generó algo más de peligro, como un remate de Maicon que, tras rozar en un jugador argentino, fue rechazado con lo justo por Abbondanzieri o un centro del propio Maicon que Javier Zanetti logró mandar al córner con lo justo cuando acechaban un par de brasileños. Argentina pareció reaccionar sobre la media hora, cuando Riquelme logró escapar un poco a la marca de Mineiro.

Y fue el 10 el que estuvo cerca de la igualdad una vez más con un remate desde inmejorable posición que sacó magistralmente Doni. Parecía que el empate estaba al caer, pero sobre los 39 desbordó el ingresado Dani Alves y sacó un centro que Ayala intentó rechazar con tan mala fortuna que introdujo la pelota dentro de su arco. Por primera vez en el torneo Argentina estaba dos goles abajo, un resultado complicado de revertir ante un adversario que se paró muy bien en el campo, lateralizó la pelota y tuvo salida clara por las puntas a través de Maicon y Gilberto y contó con un buen conductor en Baptista.

La hazaña parecía muy difícil de lograr. Y fue una misión imposible. Brasil se replegó, trató de aquietar el ritmo y apostó a meter una contra letal para liquidar el pleito. Y ganó, porque sobre los 23, con el equipo albiceleste jugado en ataque, Dani Alves, tras ser habilitado por Vagner Love, puso el 3-0 que desató definitivamente la batucada en un Pachencho Romero que se tiñó de verde y amarillo. Fue un final inesperado para un equipo que venía arrasando con todos sus rivales, pero en el final se pinchó.

Perdió la paciencia, esa que había destacado su técnico tras cada presentación, y terminó paseando por la cancha sin pena ni gloria. Parecía que iba a ser un día de fiesta, pero, como viene ocurriendo desde hace más de una década, la alegría volvió a ser sólo brasileña.