ASUNCIóN.- En medio a la crisis energética que afecta al país, los gobiernos de Argentina y Paraguay acordaron ayer redoblar los esfuerzos para la terminación de la represa hidroeléctrica de Yacyretá, con la elevación de la cota a 83 metros en diciembre del año próximo, lo que representaría un aumento de potencia y generación del 40 por ciento llevándola a casi 20.000 gigawatios.

Cuando concluyan Yacyretá, considerada en su momento "monumento a la corrupción", ambos países encararán inmediatamente la construcción de la represa hidroeléctrica binacional de Corpus. Será sobre el río Paraná y recurrián a un fideicomiso para obtener los fondos.

Ambas iniciativas significan una clara señal de las iniciativas que empiezan a generarse de cara a la crisis energética originada en la falta de inversiones en un sector clave para mantener el ritmo de crecimiento. La decisión de avanzar en la finalización de la obras en la represa binacional, que a fin de mes alcanzará la cota de 78,5 metros sobre el nivel del mar, fue el principal tema abordado por el presidente Néstor Kirchner y su par de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, durante un en

cuentro bilateral mantenido esta tarde en el marco de la Cumbre del Mercosur.

Así lo informó a la prensa luego del encuentro el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quien adelantó que cuando concluyan las obras de Yacyretá, ambos países encararán la construcción de la represa hidroeléctrica de Corpus.

"Se logró un avance respecto al Plan de Terminación de Yacyretá (PTY)", dijo De Vido.

El ministro de Planificación indicó que, desde el punto de vista administrativo, Paraguay todavía tiene que aprobar, a través de sus mecanismos constitucionales, el plan que se había planteado para zanjar la acreencia que tiene el Estado argentino con el ente binacional.

Asimismo, tras el encuentro se informó que para la finalización de la obra aún faltan invertir 500 millones de dólares, que aportara el Estado argentino.

"A partir del presupuesto 2005 el Estado argentino dispuso fondos genuinos para la terminación de la obra", subrayó De Vido, y aclaró que de esta forma se subsanó en parte lo que había dispuesto el ex ministro de Economía del proceso militar José Martínez de Hoz a través de un decreto, mediante el cual el Estado se había convertido en prestamista del ente binacional.

El funcionario aclaró que durante el encuentro estas cuestiones fueron conversadas, aunque no se firmó ninguna documentación. "Una vez que los paraguayos nos den el visto bueno del acuerdo por Yacyretá, nosotros lo aprobaremos en el Congreso", dijo De Vido.

Kirchner fue el primer mandatario en arribar a Asunción para participar de la 33a. Cumbre de Presidentes de los Estados Partes del Mercosur y Asociados que se desarrolla en la capital paraguaya hasta hoy.

Kirchner mantuvo también reuniones con sus pares de Brasil, Luiz "Lula" Da Silva, con quien conversó sobre cooperación aeronáutica; de Chile, Michelle Bachelet, con quien abordó el problema del gas; y de Ecuador, Rafael Correa, para hablar sobre la posibilidad de realizar visitas oficiales.

Con Lula conversó sobre la posibilidad de establecer un sistema de cooperación entre la empresa estatal brasileña Embraer y Lockheed Martin, la firma norteamericana que opera en la Argentina. La idea podría derivar en un emprendimiento para la producción de partes aeronáuticas, o directamente en la cooperación para la creación de un modelo. Esta alternativa fue evaluada anteriormente, en particular porque Lockheed Martin sólo se dedica a reparaciones en la planta que tiene en Córdoba, pero el proyecto no prosperó. Fuentes de la Cancillería aclararon que no se tocó en la charla la diferencia que enfrentó a Brasil y a Venezuela por el cierre de Radio Caracas Televisión.

La posterior reunión con Bachelet fue la más hermética de todas, ya que sólo participaron Kirchner y la mandataria chilena. Si bien las fuentes argentinas informaron que la problemática del gas "fue uno de los temas abordados", no hubo datos sobre los términos de la conversación. Sin embargo, en la delegación argentina había optimismo por la promesa del gobierno boliviano de no efectuar el recorte en el suministro del gas que anunció la semana pasada, lo que le permitiría al gobierno nacional garantizar el flujo a Chile. (DyN y Télam)