BUENOS AIRES (ABA).- Néstor Kirchner se apresta a anticiparle al mendocino Julio Cobos su disposición a anunciar que su esposa, la senadora Cristina Fernández, será la candidata presidencial del oficialismo y, en ese carácter, lo invitará, como coordinador de los radicales K, a que convoque a su sector para que designe el compañero de fórmula que competirá el 28 de octubre.
El presidente tendría intenciones de hacer el anuncio el lunes, aunque podría tomarse tiempo hasta el 20 de julio, según el propio mandatario especulaba en intimidad anoche.
Así lo revelaron a esta agencia calificadas fuentes, tanto del radicalismo como del gobierno, que reconocieron que los tiempos se aceleraron por las trepidantes derrotas del domingo pasado -en la capital federal y en Tierra del Fuego- y que es necesario empezar lo más pronto a hacer campaña para no darle "changüí" a la oposición, especialmente a los sectores peronistas más anti K, entre ellos Eduardo Duhalde y Ramón Puerta.
Los radicales K, según trascendió, hubiesen preferido que Kirchner vaya por la reelección, pero aceptarán el enroque, seguramente ungirán a Cobos como número dos y también empezarán a recorrer el país, para tratar de convocar a más correligionarios y contribuir a la "oxigenación" del proyecto kirchnerista al que han adherido en contra de las resoluciones de la convención nacional y el comité nacional de la UCR. Como se sabe, estos cuerpos apoyarán desde esta noche al binomio Roberto Lavagna-Gerardo Morales, tras la formalización de los trámites estatutarios internos.
El cronograma del acuerdo fue esbozado el lunes pasado en la Rosada entre Kirchner y los mandatarios Cobos, Saiz, Zamora y Colombi. Tras la oficialización del nombre de Cristina, los radicales se apurarán para acoplarse y para fines de julio planean un gran acto conjunto.
Las fuentes que dialogaron con "Río Negro" subrayaron que "el peso" de la campaña recaerá sobre las espaldas del actual presidente Kirchner, quien la preservará de situaciones ríspidas, como por ejemplo la relación con intendentes del conurbano, con el secretario general de la CGT, Hugo Moyano o con gobernadores justicialistas de la talla de Alberto Rodríguez Saá.
Kirchner tratará de neutralizar, al mismo tiempo, las críticas por la "falta de experiencia" en materia ejecutiva que se le atribuye a Cristina o las situaciones de preanarquía que agitan algunos sectores del justicialismo que lo resisten tenazmente y están abocados a la búsqueda de una fórmula pejotista.
"Hay que poner las barbas remojo", reconoció un mandatario K al dialogar en riguroso "off" con esta agencia, pero aventó cualquier intento de Mauricio Macri, jefe de gobierno electo porteño, por proyectarse nacionalmente en octubre. "Va a gerenciar la ciudad y está decidido a no confrontar con Kirchner, pues cree que habrá continuidad", conjeturó. Los radicales alineados en el kirchnerismo admitieron, a propósito, que será muy difícil establecer que el turno de Cristina-Cobos, será "el cambio total", como se pregona desde oficinas de la Rosada.
ARNALDO PAGANETTI
