BUENOS AIRES (Télam).- El abogado Gabriel Novaro, quien el miércoles resultó baleado por la policía luego de atrincherarse en su casa del Barrio Parque porteño, continuaba ayer internado en estado "crítico", mientras su novia negó ante la Justicia haber participado o presenciado amenazas con armas por las que los denunció un albañil.

Al dar el parte médico de la jornada, el director del Hospital Fernández, Jorge Lemus, aseguró ayer que Novaro evoluciona aunque continúa en "estado crítico" internado en terapia intensiva y con respirador artificial.

El abogado de 40 años fue alcanzado por un balazo que le atravesó el abdomen, razón por la cual hubo que extraerle un riñón y sufrió lesiones en sus intestinos.

El caso del polémico Novaro fue mencionado ayer por el propio ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien aseguró que "no tenía armas legales" y afirmó que ya había cometido varios ataques contra vecinos en los cuales "no hubo muertos de casualidad".

Respecto a las armas que le fueron secuestradas al letrado cuando el grupo GEOF irrumpió a la casa, un alto jefe policial aseguró que "ya está chequeado que el fusil M16 con el que disparaba era ilegal y no está registrado en el país".

Sobre la pistola Glock calibre nueve milímetros con cargador de 30 balas y la Pietro Beretta calibre 6,35, la fuente indicó que "se está investigando si pertenecen a un amigo de Novaro".

Pero las novedades del caso se dieron ayer en el Palacio de Tribunales, donde la novia de Novaro, la modelo Virginia Kelm, de 21 años, fue indagada por el juez Aníbal Peralta.

La joven, que está embarazada de siete meses y medio y anteayer pasó casi todo el día detenida en la comisaría 53, está acusada de haber participado junto a su pareja de las amenazas con armas por las que los denunció un albañil, que fue el episodio previo al atrincheramiento y posterior tiroteo en Barrio Parque.

Después de declarar durante más de cuatro horas, Kelm admitió que el miércoles pasada la medianoche fue junto a su novio hasta la casa del albañil Alejandro Abrucessi, en el barrio de Saavedra, y allí presenció una fuerte discusión entre los dos hombres, pero negó haber participado o presenciado amenazas con armas.

"¿Qué voy a decir? Me siento dolida porque era un hombre de confianza de nuestra casa y la gente se ve que cambia", dijo Kelm a la salida.