EDUARDO ROUILLET

Tras su última presentación en Neuquén, en 2000, Aute, su voz y su guitarra, llegan hoy, a las 20, al estadio Ruca Che, de Neuquén secundado por un quinteto que integran José Luis Villegas Lorenzo en bajo, el guitarrista Antonio Carmona Vives, Antonio Calero Westermeier en batería, el pianista Igor Tukalo y los coros de María Cristina González Schrebler. Con cuarenta años de carrera y veintiocho álbumes editados, Aute lanzó en enero su disco "A día de hoy" con catorce canciones. En "Na de na", dice: "Con la sensación frustrante / de hablar tanto a la pared..." demarcando su escepticismo, su desazón por escribir tanto y no haber podido modificar en algo este mundo que compartimos.

"Pues, así es. Es exactamente eso, una sensación de inutilidad, de que prácticamente no sirve casi para nada lo que pueda hacer o pensar. Es un monólogo constante. La soledad, la incomunicación, la sensación -insisto- de estar aislado en un mar de sordos."

- En el plano político parece claro, el poder no escucha. Pero, gentes de muchos países como Argentina, va a verte, sigue tus letras, lee tus libros; son oídos abiertos a tu voz...

- Pobrecitos oídos... No saben lo que hacen, perdónalos...(se ríe) Sí, y siempre me sorprende cuando salgo al escenario y veo que allí están para escucharme. Me digo, estos locos ¿qué hacen aquí? Sucede que me gustaría más estar con ellos, intentando escuchar qué dice el que está sobre el tablado.

-¿Qué cabida tiene la esperanza hoy en tu poesía, en tu vida?

- Poca... Poco espacio para la esperanza, creo, hay en el mundo actual. Puede haber, debe haberla porque si no sería insostenible. Creo todavía que el ser humano es rescatable, aunque cada vez entiendo menos. Como que todo va a peor, diría que ya no entiendo casi nada. Pero bueno, no creo que el humano sea tan loco como para acabar con su especie, que es lo que está de alguna forma consiguiendo entre guerras, contradicciones tremendas y simulacros terribles. Desesperanza ver que en las aulas los profesores están reprimidos por sus alumnos, que no hay interés por el conocimiento, que entra un chico con una metralleta y acaba fríamente con treinta compañeros. Me parecen síntomas de una enfermedad muy grave.

-Por momentos parece que el discurso de la globalización se impone, no deja resquicios para otros discursos.

-Es porque el concepto de discurso está en crisis también. Está en crisis casi todo, menos la estupidez, que va en auge a pasos agigantados.

-¿La ves en la televisión de España, como se ve aquí, por ejemplo?

-Sí, es un delirio colectivo a la mayor gloria de la estupidez. Que no sé adónde va, no lo sé. La dinámica es que va a más... Todo sea por conquistar votos, en el caso político. Todo vale por conquistar audiencias para vender mercancías. Todo vale para mantener el poder. Cualquier cosa da lo mismo. (Enrique Santos) Discépolo fue un auténtico profeta. Absolutamente vigente su discurso que cobra un valor tremendo según va pasando el tiempo. Es increíble la genialidad de este hombre.

-También admirás a Lennon...

-El fue, aparte de enorme músico, para mí el más grande de la música popular. Me gusta casi más su obra posterior a los Beatles, aunque directamente son sagrados. Pero el trabajo de Lennon después es muy, muy interesante y se valora como corresponde. Mi canción está dedicada a él y a "Imagine" que, de alguna forma, es precursora al movimiento anti-globalización; un punto de vista personal. Lennon estaría totalmente de acuerdo con el lema "otro mundo es posible". "Imagine" es otro mundo posible. Yo suscribo ese concepto. Ahora, es posible, pero qué difícil resulta, no? Ahí están activos los anti-globalización corriendo cada vez que hay una reunión de los grandes. Es sí un movimiento que va a más, lo cual es esperanzador."

-Tu trabajo, ¿apunta en ese sentido?

-Supongo que sí, pero no voluntariamente. Cuando estoy peleándome con una idea para desarrollar como canción, no tengo en consideración eso. No me planteo nada parecido, simplemente es manifestar, expresar una emoción, una reflexión, un estado de ánimo. Pero, no tengo presente esa voluntad de cambiar las cosas, de torcer el rumbo del mundo, ni muchísimo menos. Es sólo un modo de descargar fantasmas que andan por ahí, de descargar emociones, rabias, ternuras... Y, probablemente, auto-analizarme un poco. Escribir poesía, componer canciones o andar merodeando en el ámbito creativo es una manera de hablar con alguien sobre los fantasmas personales. Como no hay el tal alguien, soy yo mismo analizándome.