VIEDMA (AV).- Un escenario político distinto se abre en el oficialismo rionegrino.

La reelección de Miguel Saiz se cristalizó con un resultado electoral que otorga al actual mandatario la posibilidad de concentrar poder dentro y fuera de la provincia. Y en esa dirección avanzó durante las últimas horas.

Saiz llegó anoche Viedma y encabezó una caravana armada por el radicalismo capitalino.

El mandatario había logrado atemperar ansiedades y expectativas.

Saiz sabe que su poder de maniobra interna se multiplicó. ¿Cuánto? "Dependerá de él", responden los suyos.

El gobernador cambió los tiempos de la Concertación K. "Hay que ver primero si es Néstor o Cristina" dijo, emitiendo señales hacia la senadora, orientadas a establecer un diálogo más temprano que tarde (ver más información en pág. 8).

"Creo que él festejó", respondió anoche en Viedma cuando un periodista lo consultó si el presidente Néstor Kirchner se había alegrado con el triunfo en Río Negro. El primer mandatario lo llamó el domingo pasadas las 23.30 para felicitarlo.

De todas maneras, Saiz ratificó que "la Concertación va más allá de la elección" en la provincia.

En esas palabras muchos de sus allegados también observaron un mensaje interno, hacia el sector del kirchnerismo rionegrino que prácticamente quedó sin chances de ingresar a la Legislatura.

Hoy comenzará el escrutinio definitivo en Viedma, pero a pesar de las esperanzas, los resultados provisorios y los datos de los fiscales oficialistas indican que la candidata de Libres del Sur, Sonia Lazcano, no ocupará una banca desde el 10 de diciembre.

Mesa chica

Más allá de su euforia, Saiz esbozó entre pocos sus primeros análisis sobre el gobierno que se viene.

Primero lo hizo en Roca y luego en Viedma. El presidente de la UCR, Pablo Verani, lo acompañó en esas ocasiones.

En esas charlas reafirmó la continuidad del gabinete hasta diciembre y, en esa línea, mañana reasumirán Iván Lázzeri y Adriana Gutiérrez en las carteras de Gobierno y Salud. Con esas decisiones estableció límites para el futuro, algo que ratificó más tarde, cuando se autodefinió "poco propenso a los cambios".

Sus socios saben que las próximas semanas son decisivas en la fijación y en la renovación de compromisos.

El gobernador logró un poder inusual para su gestión. Asumió con demasiados condicionamientos y acuerdos internos. Pudo renegar de ellos, pero cumplió. "No hay renovación de compromisos en otra gestión", es el slogan interno preferido de Saiz. "Ya cumplí con todos", siempre replica.

Esa premisa se potenció por la fortaleza del triunfo del domingo. "Ahora está el poder necesario y ya no hay más excusas", proyectó un hombre del gabinete de Saiz.

Sólo Saiz se favoreció con la estrategia que le permitió al PPR encabezar con la formula oficialista. Sumó casi 30 mil votos por esa agrupación "ajena".

El resto de la boleta de la Concertación se fue en un "virtual" corte contra los legisladores propios.

"Fue la única forma de captar quienes podían apoyar al gobierno, pero rechazaban ciertos candidatos", dicen los allegados a Saiz. Un esquema que dejó perdidosos y heridos.

El gobernador destaca el triunfo de Cipolletti y la paridad de Bariloche. Hay razones objetivas, pero también políticas: "esos resultados son bien propios, especialmente los de Cipolletti. ¿Quién puede discutirlo?", desafían. En cambio, la ventaja de Roca tiene más dueños y sobran quienes se acreditan la victoria de Viedma.

Fiel a su estilo, Saiz no apurará decisiones, y menos acciones. Evalúa todavía las caídas regionales que erosionaron a hombres muy cercanos. Por ejemplo, sus ministros Alfredo Pega y César Barbeito, que perdieron en Jacobacci y El Bolsón, aunque las culpas superiores recaigan en los intendentes Gabriela Buyayisqui y Oscar Romera.

El traspié de San Antonio Oeste debilitó a un estrecho jefe comunal como Adrián Casadei, y a un ligado legislador, Alfredo Lasalle, a quien promueve para reemplazar al actual intendente.

La derrota en Sierra Grande no tuvo igual impacto emocional, por las distancias que Saiz mantiene con el intendente Nelson Iribarren.

La proyección de Saiz requerirá de "arquitectos políticos". Una misión que no concede con facilidad, pero que otorgó parcialmente en los últimos meses. Lo hizo -especialmente- en favor del legislador Daniel Sartor y del ministro Ivan Lázzeri.

¿Habrá también renovación en esos mandatos? Por ahora, esas especulaciones ya conforman un debate por sí mismo. Otros históricos allegados al gobernador manejan otras opciones.

Los ensayos iniciales emergerán con las próximas elecciones municipales, como la de Bariloche.

Entre otras cosas, también queda para resolver qué socios permitirán la mayoría oficialista en la Legislatura. Las miradas ya están puestas en el bloque del Frente para la Victoria y, especialmente, en los dos diputados de Sur.

Algunos objetivos para otro gobierno de Saiz.