HANS-HERMANN NIKOLEI

Cuando hace dos años Nicolas Sarkozy se mudó con su esposa al Ministerio de Finanzas, lo primero que hizo fue decorar a su gusto su nueva vivienda de 353 metros cuadrados. Sin embargo, a su llegada al Elíseo no tendrá tiempo : en cuanto reciba las llaves del palacio, el nuevo presidente de Francia tendrá que volar a Berlín, donde preparará con la canciller alemana, Angela Merkel, la próxima cumbre europea de junio.

Su objetivo es crear un atrevido "dream team" que lleve a cabo el programa de reformas más ambicioso desde la unión izquierdista de 1981. No entregará ninguna cartera como agradecimiento a los servicios prestados: "la confianza es para los sentimientos, la eficiencia para el gobierno", reza su lema. Sarkozy quiere acompañarse de lo mejor de la izquierda y el centro con el propósito de in

centivar el ímpetu reformista. "Queremos cambiar Francia, y yo quiero hacerlo rápido", señaló. Pero para lograrlo, la formación del gobierno se convertirá en un comité de crisis en sus propias filas.

"Yo estoy dispuesto a ir muy lejos en lo que respecta a la apertura, hasta donde vayan los sarkozystas", dijo Patrick Devedjian, que ha acompañado al futuro presidente durante años.

Mientras que su predecesor, Jacques Chirac, dejó para el gobierno la política interior y se concentró en la exterior y lo simbólico, Sarkozy pretende tenerlo todo bajo control. "Sarkozy quiere tuna verdadera concentración de poder", dijo el ex jefe de gobierno, Lionel Jospin. "Su primer ministro será director del gabinete", agregó.

En relación con el tema crucial de la seguridad, Sarkozy tiene el punto de mira puesto en su gran modelo, Estados Unidos. Al igual que en la Casa Blanca, el futuro presidente de Francia quiere crear un consejo nacional de seguridad en el palacio del Elíseo para analizar las cuestiones militares. Sarkozy quiere unir en la lucha contra el terror los servicios secretos internos DST, el departamento secreto de la policía (DCRG) y el departamento antiterrorista de la policía criminal.

Sarkozy se reunió ayer con sindicalistas y empresarios para hablar de reformas sociales. Democracia en la empresa, derecho laboral y a la huelga e igualdad de la mujer: el "pequeño estresador", como le llama Chirac, quiere hacerlo todo, y ya.

Pero lo primero es la política exterior. Ya en la cumbre de la Unión Europea en junio, Sarkozy se propone reconvertir a Francia en el "motor de Europa" con unas fronteras claras. Turquía debe quedarse fuera y se debe desarrollar una estrecha colaboración con los países mediterráneos. Sarkozy no habla del "eje franco-alemán", que a Chirac le resultó tan caro, sino que mira hacia Londres.

Sarkozy quiere rebatir a los que le tachan de "neoconservador estadounidense con pasaporte francés". Al contrario de lo que muchos creen, él nunca apoyó el ataque estadounidense a Irak y su predilección por la intervención en la economía está lejos de los neoliberales. Ya dio la primera clave a los norteamericanos: "La amistad es aceptar que los amigos piensan de otra manera". (DPA)