PARíS (DPA/AP) - En un emotivo discurso televisado, Jacques Chirac se despidió ayer del pueblo francés tras 12 años al frente de la presidencia y preparó el terreno para la asunción hoy del nuevo mandatario, Nicolas Sarkozy, que ya enfrentó sus primeros obstáculos políticos, cuando miembros de su partido conservador expresaron su indignación por los planes para incluir a socialistas en un gobierno de amplia base.

"Tengo gran confianza en el futuro de nuestro país", aseguró Chirac en una alocución de cinco minutos que se convirtió en un homenaje a la nación y a los logros de su pueblo. Instó a sus compatriotas a "permanecer siempre unidos y mostrar solidaridad" para que Francia mantenga su rol como motor para Europa y para la paz.

Previamente, el primer ministro Dominique de Villepin presentó su dimisión , en vísperas de la toma de posesión de Sarkozy en el Elíseo. Con la dimisión de Villepin y su gabinete de gobierno Sarkozy tiene vía libre para nombrar mañana a su nuevo primer ministro en cuanto asuma la jefatura del Estado.

El conservador está dando los últimos toques a un gobierno de 15 ministros, compuesto por igual número de mujeres y de hombres. Las sorpresivas reuniones de Sarkozy con dirigentes gremiales y algunos conocidos representantes del partido Socialista reflejan sus esfuerzos de distanciarse del que fuera en una época su mentor, el presidente saliente Jacques Chirac, y del estancamiento económico y de las tensiones sociales en su mandato de 12 años.

El ampliamente popular Bernard Kouchner, un socialista y ex ministro de Salud Pública, quien fundó la prestigiosa organización Médicos Sin Fronteras, figura entre aquellos considerados para el cargo de ministro de Relaciones Exteriores. Anne Lauvergeon, presidenta del grupo nuclear Areva y ex asesora del presidente socialista Francois Mitterrand, fue vista cuando ingresaba a la oficina de Sarkozy. El ex primer ministro Jean-Pierre Raffarin trató de bajar la tensión en el partido de Sarkozy, la Unión para el Movimiento Popular, indicando que era importante que el nuevo presidente "comparta su proyecto con personas que tienen otros horizontes''. Pero Patrick Devedjian, a quien se considera uno de los potenciales ministros en el gabinete de Sarkozy, se enfureció ante la sugerencia de que los socialistas integren el nuevo gobierno. Devedjian dijo que "la lealtad no es necesariamente lo opuesto a la competencia''.

Parece claro que el nuevo primer ministro será François Fillon, un moderado que fue el fiel escudero de Sarkozy en estos dos últimos años. El nombre de Rachida Dati, ex portavoz de Sarkozy durante su campaña, sonaba para presidir un gran ministerio que agrupe Interior, Inmigración e Identidad nacional. Sin embargo, otros rumores indicaban que la cartera de Interior sería para la actual ministra de Defensa, Michele Alliot-Marie, quien también podría ocuparse de un ministerio nuevo llamado de la Seguridad.

Inmediatamente después de asumir la presidencia, Sarkozy viajará a Berlín para reunirse con la canciller Angela Merkel, que desempeña la presidencia de turno de la Unión Europea, para superar la crisis de la Constitución europea.