SHARM EL SHEIKH, Egipto (AFP/DPA) - Irán acusó ayer a Estados Unidos de "terrorismo" en Irak, unos comentarios que deslucieron la conferencia internacional sobre Irak en este balneario de Egipto y echaron un jarro de agua fría sobre la esperanza de un rápido acercamiento entre Washington y Teherán.

En su comunicado final, los participantes en la conferencia -los Estados vecinos de Irak y representantes de la comunidad internacional- se comprometieron a respetar "el principio de no injerencia en los asuntos internos de Irak" y "la obligación de todos los países a luchar" contra el terrorismo. Sin embargo, antes de esa declaración final, el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Manuchehr Mottaki, acusó a Estados Unidos de perpetrar actos de "terrorismo" en Irak y de tener planes de "atacar" a sus vecinos.

Se desvaneció así la esperanza de una reanudación del diálogo entre. EE.UU. e Irán, cuyas relaciones están oficialmente rotas desde 1980. En la conferencia participan 60 países y organizaciones internacionales, entre ellos Irán, Siria, Arabia Saudita, Estados Unidos, UE y la ONU.

Una rumoreada reunión entre la secretaria estadounidense de Estado, Condoleezza Rice, y Mottaki, no tuvo lugar. Un compañero de mesa informó que Rice y Mottaki hablaron acerca de cómo se sirven los helados en sus respectivos países cuando se les ofreció el postre del almuerzo.

El gobierno iraquí saludó los cautelosos acercamientos. Pero los miembros del gabinete y los parlamentarios que acompañaron al primer ministro Nuri al Maliki en Egipto no estaban satisfechos. Ellos esperaban de los países árabes y occidentales más ayuda y menos recomendaciones. Para Al Maliki es además difícil de tragar que los participantes hayan vinculado su apoyo a reformas económicas y la exigencia de una verdadera reconciliación nacional.

La mayoría cree que el gobierno iraquí no se esfuerza lo suficiente por incorporar al proceso político a los simpatizantes del antiguo régimen de Saddam Hussein y los sunnitas, que se sienten discriminados. Dindar Zebari, que se ocupa de las relaciones con la ONU a nombre del gobierno autonómico kurdo del norte, cree que son necesarios pasos más valientes. "Tenemos desde 1991 una amnistía general para todos los que colaboraron con el antiguo régimen", afirma . "La solución es el retorno a una identidad nacional más allá de identidades religiosas y étnicas", dijo.