NEUQUEN (AN).- Llegó a la invalorable cifra de 21 libros publicados, entre narrativa y poesía. María Cristina Ramos es un caso raro, singular y anecdótico dentro del panorama literario argentino. Sencillamente porque no necesitó estar en el ombligo editorial porteño para ocupar un lugar destacado dentro de las letras del país.

Como contrapartida, gana en la tranquilidad pueblerina de una capital de provincias que ahoga su estrés entre las chacras y los ríos.

Es una excepción. Publica y mucho.

Se podrá aducir que se dió el gusto de fundar su propia editorial, Ruedamares en Neuquén desde el 2002. Pero es una consecuencia y no el punto de partida, porque publicó todos sus títulos en Alfaguara, Santillana, Norma (Torres de papel), Edebé, Panamericana Editorial de Colombia, Anaya de Madrid, España, Editorial Fondo de Cultura Económica de México y Siete vacas de Baires. Solo "Maíces de silencio" (2003) y ahora "Corazón de grillo" salieron de Ruedamares, dentro de su colección infantil y juvenil Caballo de mar.

El libro será presentado en sociedad, hoy, a las 19.30, en el auditorio de la municipaldad de Neuquén, Roca y avenida Argentina, con entrada gratis.

Contará con la música de Daniel Sánchez, y habrá lectura de poemas y la participación de pequeños lectores.

Insectos y animales de todo tipo y color, desfilan -no sólo en este- en todos los libros de Cristina. Aquí hay flamencos, hormigas, sapos. Entonces el grillo ¿por qué se lleva el título del libro?

Tanto Ramos como su compañero desde la ilustración, el artista plástico Carlos Juárez, quisieron homenajear a Conrado Nalé Roxlo "quien hace mucho tiempo -coinciden ambos- dejó el canto de un grillo en la infancia de los argentinos".

Para don Roxlo "mi corazón eglógico y sencillo se ha despertado grillo esta mañana". Para Cris "con cuatro palitos finos/el grillo encendió una hoguera/La chispa con que encendió/¿de dónde la consiguiera?

Y tras cartón los cric-cric se unieron a hormigas, avispas, mariposa y tutti cuanti. Bicherios que "poco despues se durmieron/deseando que siempre hubiera/un grillo y cuatro palitos,/ para encender una hoguera".

-Se dice que cada autor deja en sus libros la impronta de su concepción de mundo. ¿Cuál es la suya?

-Desde lo que puedo observar, esa impronta en mi caso se vincula con los valores que hacen de un ser humano un ser social, solidario, sostenido por el deseo de ser feliz y de poder compartir espacios fecundos.

-¿Puestos en historias para niños?

-Claro, en el caso de la narrativa. Pero en lo poético se exploran aquellos trasfondos de la palabra como caudal de expresión. La palabra poética nos retrotrae a instantes en que recibíamos el repertorio sonoro del habla de nuestros seres cercanos. Por eso al leer poemas a los chicos hay una suspensión de la actividad exterior y un buceo en sensaciones internas. Hay una proyección de los propios sentimientos en lo que va sucediendo en los textos. Una imantación con ritmos y consonancias que generan momentos de disfrute y de juego.

-¿Por qué está usted entre los que proponen la lectura como contrapartida al avance de lo mediático?

-La lectura puede ser uno de los ámbitos en los que nos falta insistir para encontrarnos. El intercambio con libros que vayan aportando desde la palabra aspectos de nosotros. La frecuentación de la palabra y sus múltiples sentidos, la recorrida placentera por el libro como objeto estético donde abrevar para redescubrir el mundo y sus paradojas, la realidad y sus infinitos aspectos.

-¿Qué es "Corazón de grillo"?

-Un libro ilustrado bellamente, a collage, por Carlos Juárez. Orientado para lectores de alrededor de 7 años. Por supuesto que esto es tentativo y tiene variaciones en relación a la historia lectora de cada niño.