NEUQUEN (AN).- "La historia, además de una sucesión de hechos públicos, es sobre todo un ir hacia. Un modo de estar en las cosas. Más importante que los hechos en sí mismos son las razones que motivaron la constitución de ese modo particular de ir hacia el centro de un sueño, las intuiciones de un juego, el instinto de un entusiasmo", así comienza Divididos a contar su historia en su página web.

En ese ir y venir, cada pequeño paso es importante y absolutamente imprescindible para llegar a donde llegó.

El bajista de la banda, Diego Arnedo le contó a "Río Negro", de qué se trata ese "ir hacia", partiendo de ese "estar en las cosas".

-¿Cómo llega la banda a este recital en Bariloche?

-Los recitales siempre muestran el estado anímico y energético de la banda. Una de las propuestas que tenemos es disfrutar lo máximo posible lo que hacemos después de tantos años. Esto hace que salgamos con muchas ganas a tocar, es como un fiel reflejo de una elección tomada durante toda una vida y que se concentra en un show, estemos donde estemos. Estamos pasando un buen momento. En lo personal, apunto a disfrutar y también a agradecer que la realidad sea esta. Es algo que nosotros elegimos, pero que lleva su trabajo poder mantenerlo.

-Trabajo que dio sus frutos.

En retrospectiva, ¿cómo fue ese camino transitado para llegar a este buen momento?

-Si me preguntás cómo llegué acá, no sé, no lo puedo creer. Es una sumatoria de un montón de momentitos que se generaban y se desarrollaban, buscando un espacio para el día siguiente. Y al día siguiente se volvía a construir algo para el día que venía. Si te vas a dormir un día sabiendo que las cosas están bien, posiblemente mañana sea otro día bueno, pero la verdad es que nunca se sabe. Cuando me meto en el pasado, veo que las cosas fueron funcionando y creo que lo que importa es haber tenido siempre un presente generador, un impulso a querer hacer algo que nos gustaba mucho. Fue como una sucesión de hechos estimulados para preparar un día siguiente lo más parecido a este día.

-¿Qué tanto pesó en la construcción de Divididos la herencia de Sumo?

-Sumo fue como un proyecto madre en el sentido de que a nosotros nos rearmó para entender otras cosas nuevas, gracias a la relación con Luca Prodan. Con Ricardo (Mollo) ya tocábamos antes de conocer a Luca. Antes de Sumo yo ya había tenido cinco grupos. Entiendo como un punto de partida el encuentro con Luca, pero también antes de eso hubo otros puntos de partida: el contacto con la música, con otra gente, y con otras estéticas de los años 70. Pero el encuentro con Luca y el proyecto Sumo fue algo muy importante para mí. Me dio un lugar de trabajo de amplio espectro en lo creativo. Lo de Sumo fue un acto creativo de mucha liberación y de comprensión de cosas guardadas dentro nuestro. Sumo fue como una escuela donde ir a aprender cómo hacer algo, y mientras aprendíamos, íbamos dejando discos por ahí. Sumo fue la escuela donde entender una manera de poner la cabeza en el mundo para hacer lo que a uno le gusta.

-En ese camino, ¿cuál es el próximo paso de Divididos?

-Prepararme para ir a un lugar, Bariloche en este caso, a tocar una cosa que yo elegí.