Los reflectores colocados para dar realce al letrero del Banco Nación cumplen muy bien con esa función. Sin embargo, no se tuvo en cuenta que por la altura a la que están situados, de noche se transforman en un riesgo para la circulación, ya que el haz de luz encandila repentina e inmediatamente a los conductores que van de norte a sur por la avenida San Martín. Tal vez, con una inclinación diferente, la publicidad institucional y el tránsito no se enfrentarían.